En medio de un genocidio que ensangrentó a Ruanda entre la indiferencia de la comunidad internacional en 1994 y que dejó entre 500 mil y un millón de muertos masacrados en una lucha interétnica, un hombre se jugó la vida para salvar a más de mil personas de una muerte segura.
Paul Rusesabagina, entonces gerente del Hotel de las Mil Colinas en la capital ruandesa, Kigali, albergó a más de mil personas de origen tutsi y hutus moderados para salvarlos de la matanza organizada por hutus extremistas en 1994. Se convirtió así en un héroe nacional y su accionar inspiró la película de Hollywood “Hotel Ruanda”. Pero este lunes, 25 años después, fue condenado a 25 años de prisión en su país por terrorismo.
El fallo sorprendió al mundo. Su familia y organizaciones defensoras de derechos humanos cuestionaron la imparcialidad del juicio.
La Sala del Tribunal Superior de Delitos Internacionales y Transfronterizos de Kigali consideró culpable a Rusesabagina, de 67 años y detenido desde agosto del año pasado, de formar y financiar un grupo al que considera terrorista, el Frente de Liberación Nacional (FLN), brazo armado de su partido, el Movimiento de Ruanda por el Cambio Democrático (MRCD).
”Rusesabagina es culpable de crear y ser miembro de una organización terrorista (...). Por lo tanto, está condenado a 25 años de prisión”, dictaminó el juez presidente del tribunal, Antoine Muhima. El juicio duró siete meses e involucró a una veintena de miembros de ese partido opositor.
Entre los procesados figuraban dos exportavoces del FLN, Callixte Nsabimana y Herman Nsengimana, acusados por ataques que causaron al menos nueve muertos entre 2018 y 2019. Ambos fueron condenados a veinte y cinco años de prisión, respectivamente.
El exgerente tiene ahora un mes para apelar la sentencia. El tribunal consideró como prueba de culpabilidad un video de 2018 en el que Rusesabagina afirma que “ha llegado el momento de usar todos los medios posibles para lograr un cambio en Ruanda, ya que todos los medios políticos se han probado y fallado”.
Quién es Paul Rusesabagina
Rusesabagina era el gerente del famoso Hotel de las Mil Colinas en la capital ruandesa cuando en 1994 estalló el conflicto en el que extremistas hutus masacraron a cientos de miles de personas de la etnia tutsi.
Entonces, albergó a más de mil tutsis y hutus moderados para salvarlos de la muerte. Para ello utilizó todas sus influencias con el poder militar y sobornó a jefes castrenses. Finalmente logró sacarlos del país junto a su familia. De origen hutu y casado con una mujer tutsi, su accionar pronto trascendió las fronteras y 10 años después su historia llegó a Hollywood.
Así se filmó la película “Hotel Ruanda” en 2004. El actor Don Cheadle encarna al gerente hotelero, lo que le valió a Rusesabagina una fama mundial. Un año después, el entonces presidente estadounidense George W. Bush, le otorgó la Medalla Presidencial a la Libertad por su heroísmo.
Pero no todas fueron rosas. En Ruanda fue criticado por supervivientes que lo acusaron de haber explotado el genocidio para su beneficio personal.
El genocidio empezó el 7 de abril de 1994 tras el asesinato el día anterior de los presidentes de Ruanda, Juvénal Habyarimana, y de Burundi, Cyprien Ntaryamira, ambos hutus, cuando el avión en el que viajaban fue derribado sobre Kigali.
El entonces Gobierno ruandés acusó a los rebeldes tutsis del Frente Patriótico Ruandés, del actual presidente Kagame, por ambos magnicidios. La situación desató la matanza de cientos de miles de tutsis y hutus moderados en alrededor de 100 días.
Su rol como opositor
Rusesabagina tiene además nacionalidad belga y residía entre Bélgica y Estados Unidos, donde creó una fundación que promueve la reconciliación para evitar nuevos genocidios. En los últimos años se convirtió en un ferviente opositor a Kagame y comenzó a participar activamente, desde el exterior, en el Movimiento de Ruanda por el Cambio Democrático.
Su arresto en agosto de 2020, en circunstancias dudosas, desató una oleada de críticas. Había viajado desde Chicago a Dubai y desde allí abordó un vuelo a Burundi, pero en forma misteriosa el avión aterrizó en Ruanda, donde fue detenido de inmediato y enviado a juicio.
Los fuertes cuestionamientos internacionales se replicaron este lunes cuando se conoció la condena.
La eurodiputada socialista belga Kathleen van Brempt, recordó en su cuenta de Twitter que Rusesabagina “es ciudadano belga y europeo. Bélgica y la Unión Europea deben hacer todo lo posible para garantizar que sus derechos humanos, su seguridad y su salud estén garantizados”, escribió.
