Pocas personas conocen la dimensión que tuvo, en el seno del poder mundial, aquel cataclismo que significó el ataque del 11 de septiembre de 2001. Alberto Gonzales es, sin dudas, una de ellas. Fue parte de esa mesa chica que supo que, en el instante del impacto en la segunda Torre, el mundo cambiaría para siempre. Este abogado, oriundo de Texas, era uno de los principales consejeros del presidente George W. Bush cuando se perpetró el mayor atentado terrorista de la historia y, a partir de ese momento, tuvo la tarea de asesorar al primer mandatario en materia jurídica. Es decir, fue quién debió estudiar el alcance de la autoridad presidencial a la hora de hacer frente a lo que, desde esa misma administración, se definió como la Guerra contra el Terror.
Gonzales, que se desempeñó como Fiscal General de los Estados Unidos durante el segundo mandato de Bush hijo, repasó por estos días sus vivencias en aquel 11 de septiembre. En esta charla con TN Internacional, cuenta el minuto a minuto de ese día y lo que se discutía en la sala de situación del presidente al que el mundo entero estaba mirando. Además, reflexiona sobre la decisión de intervenir en Afganistán veinte años atrás y sobre el reciente retiro de las tropas norteamericanas.
-Llévenos de vuelta a la mañana del 11 de septiembre. ¿Qué estaba haciendo y cómo llegó a la Casa Blanca cuando todo ocurrió?
-Esa mañana, yo volé desde el aeropuerto de Dulles en Virginia para dar un discurso. Cuando aterricé en Virginia, la primera torre había sido golpeada. Yo era el consejero principal de la casa blanca, mi ayudante estaba en la sala de situación, hablamos por teléfono y no estábamos muy seguros de lo que había sucedido así que seguí adelante y di mi discurso. En ese momento, atacaron la segunda torre y supimos de inmediato que estábamos siendo atacados. Pasé el resto de la mañana tratando de volver a Washington D.C. Quería volver antes que el presidente Bush, que había comenzado su día hablando en una escuela primaria de Florida. Finalmente, conseguí que la Marina me llevara de regreso en un helicóptero porque todos los viajes aéreos comerciales habían sido cancelados así que estaba varado. Pero la marina me llevó de regreso a la Casa Blanca y volví a Washington a las dos en punto. A las 19, nos enteramos que el presidente Bush volvía a la Casa Blanca y me paré en la entrada del salón oval y vi como llegaba el helicóptero traía al presidente Bush. Cuando se bajó del helicóptero, lo saludé, junto a otros miembros del personal y él asintió con la cabeza y caminó sin decir una palabra. En la parte de atrás de la oficina oval, hay dos pequeñas oficinas, un estudio y un comedor. Entramos en una de las habitaciones y empezamos a hablar de lo que el presidente iba a decirle a la Nación, del discurso que iba a dar. A la medianoche, me fui a casa.
-¿Cuándo se dio cuenta de que el mundo había cambiado en un abrir y cerrar de ojos?
Lo supe de inmediato. Supimos que las cosas iban a ser diferentes obviamente esa misma noche cuando estábamos con el presidente en la oficina hablando de su discurso a la Nación. El presidente Bush supo inmediatamente que estábamos en guerra. Esto no sería un simple operativo donde enviarías a la policía o el FBI a arrestar gente, a leerles sus derechos y juzgarlos normalmente. Estábamos en guerra. Íbamos a usar nuestro ejército, nuestros recursos financieros, a trabajar con nuestros aliados para averiguar quién era el responsable e íbamos a responder. Usaríamos todos los recursos del gobierno federal para responder a este ataque rápidamente. El presidente Bush reconoció y todos nosotros reconocimos que esto era algo que sería algo muy diferente y que tendría un tremendo impacto en nuestras vidas. No solo en Estados Unidos, sino alrededor del mundo.
-Señor Gonzales, usted dijo en varias entrevistas que conocía la dimensión de Al-Qaeda como una amenaza real para Estados Unidos. ¿Cree que el ataque pudo haberse prevenido?
-Siempre es fácil hablar con “el diario del lunes” y preguntarse “qué habría pasado sí”. Lo que puedo decirles es que en las reuniones informativas del Consejo de Seguridad Nacional que tuvimos ese verano. Teníamos la sensación de que Al-Qaeda estaba planeando algo bastante importante, pero toda la evidencia de inteligencia parecía indicar que el ataque sería en otro país, no dentro de nuestras fronteras. Teníamos esa sensación de que algo estaba por pasar, pero no teníamos idea de que iba a suceder dentro de los Estados Unidos y ciertamente no teníamos idea de que implicaría el secuestro de aviones comerciales, con pasajeros, para que chocaran edificios matando a más de tres mil norteamericanos.
-Usted tenía el papel de asesorar al presidente de Estados Unidos, sobre el alcance de autoridad, desde lo jurídico. ¿Cuál fue la decisión más difícil de tomar?
-Una de las decisiones iniciales más difíciles de tomar fue la de analizar si el presidente tenía el poder de derribar un avión comercial lleno de civiles, un avión que había sido secuestrado y que se dirigía al capitolio. Si el presidente tenía el poder de ordenar que un F-15 tirara abajo un avión, matando a civiles inocentes pero salvando más vidas en tierra. Ese es uno de los ejemplos del tipo de problemas con los que tuvimos que lidiar en esas primeras horas, días, semanas y meses después del 11 de septiembre
-¿Cómo describiría la decisión de intervenir en Afganistán?
-Bueno, nosotros nos dimos cuenta de que Afganistán se había convertido en un refugio seguro para el terrorismo. Los terroristas vivían allí de manera segura, planeando ataques sin interrupción. Se sentían cómodos en Afganistán. El presidente tomó la decisión de que ese refugio se tenía que terminar. Entonces, el pedido de autorización de uso de la fuerza fue habilitado por el Congreso, el presidente obtuvo la autorización de ir a Afganistán y eliminar ese refugio. Creo que Al-Qaeda calculó mal y pensaba que lo único que podíamos hacer era disparar algunos misiles y luego dejarlos en paz. El presidente Bush creía que eso iba a ser peligroso para la seguridad de los Estados Unidos en el futuro. Creía que había que ir a Afganistán y eliminar ese refugio para terroristas. Dicho esto, creo que todos los que estuvimos en la administración Bush nos hubiéramos sorprendido si nos hubieran dicho en ese momento que 20 años después todavía estaríamos hablando de Afganistán. Es difícil de predecir cómo van a suceder las cosas.
-¿Cree que el retiro de las ropas fue la mejor decisión?
-Siempre me recuerdo que en este tipo de discusiones no tengo la misma información que el presidente de Estados Unidos tiene al tomar esta decisión, así que soy reacio a dar una segunda opinión de lo que hace un presidente al tomar una decisión muy difícil. Quiero enfatizar que la gente no puede apreciar cuán difícil es tomar estas decisiones. No hay nunca una decisión totalmente correcta. Solo hay una decisión mejor que otra, pero el presidente tiene que sopesar una serie de factores al tomar una decisión como esta. Así que es bueno que estemos fuera de Afganistán, es bueno que no tengamos más soldados muriendo allí, pero me preocupa que, en un periodo de tiempo, Afganistán se convierta en un refugio seguro donde los terroristas puedan planear ataques en contra de los Estados Unidos y sus aliados en el resto del mundo.
-¿Qué les diría a los que creen que la intervención de Estados Unidos en Afganistán fue un fracaso? Porque, finalmente, los talibanes están de vuelta en el poder...
-Bueno, el objetivo uno al entrar en Afganistán era eliminar a Al-Qaeda, encontrar a Bin Laden y mantener a salvo a Estados Unidos de otro ataque similar similar al del 11 de septiembre. Si esos eran los objetivos, creo que tendríamos que decir que tuvimos éxito. No tuvimos otro ataque, Al Qaeda fue diezmada, Bin Laden está muerto. Ahora, no hay dudas de que estamos preocupados sobre si este gobierno talibán puede efectivamente gobernar este país, puede tratar a las niñas y a las mujeres con respeto y darles las mismas oportunidades que a los hombres, si podrá este gobierno garantizar que el país no se convierta en un refugio para terroristas. Estas son todas preguntas muy difíciles que espero que esta administración esté viendo muy de cerca y busque las respuestas del caso.