Una vez más, la intervención del actuar humano en la naturaleza ocasionó una sorpresiva reacción de ballenas. De hecho, hace dos días en la costa de Cádiz, España, un velero que llevaba a cuatro tripulantes a bordo fue embestido por un grupo de orcas. Fue justamente la Unidad de Salvamento Marino, el organismo que informó el hecho durante la mañana del martes. Es que como consecuencia de la presencia de los mamíferos, la embarcación perdió el control.
La embarcación no pudo llegar al puerto Barbate, lugar que había sido estipulado como destino. Por eso, se requirió que los servicios de emergencia acudieran para remolcarlo. De acuerdo a los datos del Salvamento Marítimo de la región, durante este verano se registraron al menos 69 intervenciones para evitar complicaciones surgidas de los episodios protagonizados entre veleros y ballenas. En su mayoría, los registros dan cuenta de que la zona con más riesgos de que sucedan esta clase de situaciones se ubica al sur de la zona de exclusión decretada en Barbate por los organismos oficiales de Cádiz.
Leé también
Hasta ahora, al menos treinta embarcaciones resultaron con el timón dañado y precisaron ser remolcados. Los numerosos contactos de orcas con veleros pequeños de hasta quince metros de eslora que, sin precedente, se han registrado este verano en el Estrecho se deben a un entrenamiento para la caza del atún, según la hipótesis del biólogo José Carlos García-Gómez.
El catedrático de Biología Marina de la Universidad de Sevilla sostiene que desde hace años investiga junto a sus colaboradores los cetáceos del Estrecho y la Bahía de Algeciras, acerca de los cuales dirige ahora dos tesis doctorales. El especialista logró deducir su hipótesis tras participar el 12 de agosto en la reunión que las autoridades marítimas de Cádiz celebraron para analizar estas interacciones de las orcas en la ensenada de Barbate.
La Capitanía Marítima de Cádiz prohibió el paso de veleros de quince metros de eslora o menos en esa zona hasta el 7 de septiembre. Lo que se busca es evitar situaciones de riesgo, como embarcaciones a la deriva por daños en el timón causados por las orcas.
García-Gómez explicó a la Agencia Efe que la ballena orca es un animal pacífico y que de hecho jamás en el medio natural se documentó que fuese protagonista de un ataque a humanos. Se trata, dijo el científico, de una especie inteligente, por lo que “es muy difícil que se equivoque”, sumamente sociable y movilizado por la curiosidad.
