Un Informe de Amnistía Internacional denunció que cientos de mujeres y niñas fueron sometidas a violación, esclavitud sexual, mutilación genital, palizas y otras formas de tortura por soldados de Etiopía y Eritrea y milicias locales.
Estos abusos forman parte “de una ofensiva por controlar” el territorio de Tigré, en Etiopía, en el Cuerno de Africa, donde se libra un conflicto armado desde el 4 de noviembre pasado. “Tres soldados entraron en la habitación donde yo me encontraba. Me dijeron que si hacía algún ruido, me iban a matar. Me violaron uno tras otro. Yo estaba embarazada de 4 meses. No sé si se dieron cuenta de que yo era una persona”, contó Letay, una de las sobrevivientes entrevistadas por Amnistía Internacional.
El informe, titulado “No sé si se dieron cuenta de que yo era una persona’: Violación y otros actos de violencia sexual en el conflicto de Tigré”, responsabilizó de estos hechos a miembros de las Fuerzas de Defensa Nacionales de Etiopía, las Fuerzas de Defensa de Eritrea, la Policía Especial de la Región de Amhara, y Fano, una milicia amárica.
Según el reporte, soldados y milicianos sometieron a las mujeres y las niñas de Tigré a violación, esclavitud sexual, mutilación sexual y otras formas de tortura, a menudo entre comentarios étnicos ofensivos y amenazas de muerte.
La región de Tigré es la más septentrional de las diez regiones étnicas de Etiopía Allí habita la etnia tigray y su capital es Mekele. Limita al norte con Eritrea, al oeste con Sudán, al este con la región de Afar, y al sur con la zona de Amhara. Allí se libra una guerra civil entre el gobierno etíope y el Frente Popular para la Liberación de Tigré (TPLF), el partido que gobierna en la región.
“Violaciones como arma de guerra”
Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, dijo que “está claro que la violación y la violencia sexual se han utilizado como arma de guerra para infligir un daño físico y psicológico persistente a las mujeres y las niñas en Tigré. Cientos de ellas han sido sometidas a un trato brutal con el objetivo de degradarlas y deshumanizarlas”, afirmó.
Y añadió: ”La gravedad y magnitud de los delitos sexuales perpetrados es particularmente impactante; constituyen crímenes de guerra y posibles crímenes de lesa humanidad. Degradan los principios humanos básicos y hay que ponerles fin”.
”El gobierno etíope debe actuar de inmediato para impedir que miembros de las fuerzas de seguridad y de las milicias aliadas cometan actos de violencia sexual, y la Unión Africana no debe escatimar esfuerzos para asegurarse de que este conflicto se debate en su Consejo de Paz y Seguridad”, alertó.
Callamard además pidió a las autoridades que permitan el acceso a la Comisión de Investigación de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos y exhortó al secretario general de la ONU a enviar urgentemente a Tigré a su Equipo de Expertos sobre el Estado de Derecho y la Violencia Sexual en los Conflictos.
“Violencia sexual generalizada”
En un comunicado, Amnistía Internacional informó que entrevistó a 63 sobrevivientes de violencia sexual, y también a personal médico. Según la nota, hubo 28 sobrevivientes que señalaron a las fuerzas eritreas como únicos autores de su violación. Muchas sobrevivientes presenciaban también la violación de otras mujeres, y este patrón indica una violencia sexual generalizada para aterrorizar y humillar a las víctimas y a su grupo étnico, indicó.
Doce sobrevivientes entrevistadas por Amnistía afirmaron haber sido violadas por soldados y milicianos delante de familiares, incluidos niños y niñas. Incluso, cinco de ellas estaban embarazadas cuando fueron violadas.
Duros testimonios
Letay, una mujer de 20 años de Baaker, contó a Amnistía Internacional que fue atacada en su casa en noviembre de 2020 por hombres armados que hablaban amárico y llevaban una mezcla de uniformes militares y ropas civiles.
“Tres hombres entraron en la habitación donde yo me encontraba. Era de noche, estaba oscuro. Yo no grité. Me indicaron por gestos que si hacía algún ruido, me matarían. Me violaron uno tras otro. Yo estaba embarazada de cuatro meses. No sé si se dieron cuenta. No sé si se dieron cuenta de que yo era una persona”, relató.
Me violaron uno tras otro. Yo estaba embarazada de cuatro meses
Nigist, una mujer de la zona de Humera de 35 años y madre de dos hijos, dijo que fue violada junto a cuatro mujeres por soldados eritreos en Sheraro el 21 de noviembre de 2020.
“Dos de ellos me violaron delante de mi hijo. Entre nosotras había una mujer que estaba embarazada de ocho meses, y la violaron también. Se congregaron como las hienas cuando ven comida. Violaron a las mujeres y asesinaron a los hombres”, afirmó.
Amnistía citó además que los centros médicos de Tigré registraron 1.288 casos de violencia de género entre febrero y abril últimos. En el hospital de Adigrat se registraron 376 casos de violación desde el inicio del conflicto hasta el 9 de junio pasado.
Numerosas sobrevivientes dijeron que no acudieron a ningún centro médico tras ser agredidas. Amnistía está convencida que, por ello, estas cifras suponen una reducida fracción del número de violaciones en el contexto del conflicto.
Según advirtió la entidad, las sobrevivientes sufren importantes problemas físicos y mentales y muchas padecen lesiones físicas, como sangrado constante, dolor de espalda, inmovilidad y fístulas.
Otras dieron positivo en las pruebas de VIH después de haber sido violadas. Además sufren de Insomnio, ansiedad y sufrimiento emocional.
En otra parte del extenso informe, Amnistía detalló que “doce de las sobrevivientes afirman que las mantuvieron cautivas durante días, a menudo semanas, y fueron violadas reiteradamente, en la mayoría de los casos por varios hombres”.
Y agregó: " A algunas las retuvieron en campamentos militares, a otras en casas o terrenos de zonas rurales”.
Tseday, de 17 años, dijo que ocho soldados eritreos la secuestraron en Zebangedena y la mantuvieron dos semanas cautiva. “Me llevaron a una parcela en una zona rural. Había muchos soldados. Me violaron ocho de ellos. Normalmente salían en dos turnos a vigilar la zona. Cuando cuatro de ellos salían, los que se habían quedado me violaban”, relató.
Otra joven, Blen, de 21 años, natural de Bademe, dijo que el 5 de noviembre pasado fue secuestrada por soldados eritreos y etíopes, que la retuvieron durante 40 días junto con otras 30 mujeres. “Nos violaban y nos mataban de hambre. Eran muchos y nos violaban por tandas. Se habían llevado a unas 30 mujeres. Nos violaron a todas.
Se habían llevado a unas 30 mujeres. Nos violaron a todas.
El reporte dijo además que ocho mujeres contaron que las habían violado soldados etíopes y eritreos y milicianos aliados cerca de la frontera con Sudán cuando intentaban encontrar protección . A dos de ellas les introdujeron en la vagina grandes clavos, grava y otros fragmentos de metal y plástico que les habían causado lesiones duraderas y probablemente irreversibles.
Según Amnistía, soldados y milicianos trataban constantemente de humillar a sus víctimas, a menudo con comentarios étnicos ofensivos, insultos, amenazas y comentarios degradantes. Varias sobrevivientes dijeron que los violadores les decían “esto es lo que te mereces” y “das asco”.
Falta de apoyo a las sobrevivientes
Sobrevivientes y testigos dijeron a Amnistía Internacional que recibieron poco o ningún apoyo psicológico o médico desde su llegada a los campamentos para personas desplazadas de la localidad de Shire, en Etiopía, o a los campos de personas refugiadas de la vecina Sudán.
Además, sufrieron la destrucción de las instalaciones médicas y restricciones a la circulación de personas y bienes que obstaculizaban el acceso a la atención médica. Las víctimas y sus familias afirmaron que sufren escasez de alimentos, refugio y ropa debido a la limitada ayuda humanitaria, indicó el informe.
Amnistía dijo que entre marzo y junio entrevistó a 63 supervivientes de violación y otros actos de violencia sexual; 15 en persona en Sudán, y 48 a distancia, a través de líneas telefónicas seguras. Además entrevistó a profesionales de la medicina y personal de ayuda humanitaria que atendían o ayudaban a supervivientes en las localidades de Shire y Adigrat y en campos de personas refugiadas de Sudán.
En mayo, según el informe, las autoridades Etíopes anunciaron que tres soldados etíopes habían sido declarados culpables, y otros 25 habían sido acusados formalmente de violación y otros actos de violencia sexual. Sin embargo, no se ha proporcionado información sobre estos juicios ni sobre ninguna otra medida.
Desde que estallaron los combates en la región, el 4 de noviembre de 2020, murieron miles de civiles y cientos de miles de personas fueron desplazadas en Tigré y decenas de miles buscaron refugio en Sudán.