Días después de que el embajador ruso en la Argentina, Dmitry Feoktistov, le explicara a TN.com.ar la propuesta de Rusia para construir centrales nucleares en el país, Uruguay le solicitó al gobierno nacional información sobre estos proyectos. A pedido de un grupo de legisladores, Montevideo hizo el requerimiento a través de su embajador en el país, Carlos Enciso. Lo que más preocupa del otro lado del Río de la Plata es el eventual riesgo medioambiental que tendría una central nuclear flotante en el área.
Según consta en una carta firmada por el canciller uruguayo Francisco Bustillo, “Argentina no ha remitido ni efectuado comunicación sobre proyectos de construcción de plantas nucleares o posible circulación de una central nuclear flotante”. En síntesis, Uruguay asegura que el gobierno argentino no comunicó ningún tipo de proyecto en curso, a pesar de las negociaciones y los acuerdos revelados en las últimas horas por TN.com.ar.
Montevideo inició los requerimientos por pedido de los diputados Álvaro Perrone, Sebastián Cal y Silvana Pérez Bonavita, todos pertenecientes a Cabildo Abierto, de la coalición de gobierno. Allí el canciller Bustillo envió el pedido a las embajadas en la Argentina y Rusia. A pesar de la preocupación uruguaya y la intención rusa, no existen precisiones de plazos ni mucho menos del lugar donde se podría desarrollar tanto la central nuclear de alta potencia como la fluvial.
Desde la embajada uruguaya en Buenos Aires también recopilaron las acuerdos entre la Argentina y Rusia desde 2008 a la fecha. Allí, entre otros, resaltan la firma entre la empresa estatal rusa Rosatom y el Ministerio de Planificación encabezado por Julio de Vido, el acuerdo de “Cooperación en los Usos Pacíficos de la Energía Nuclear” que firmó también el exministro en 2014 y un Memorándum de Entendimiento de 2015, donde se preveía la construcción de una central con un reactor que tuviera la capacidad eléctrica de hasta 1200 megavatios.
Ya sobre los años del gobierno de Mauricio Macri, la cancillería uruguaya informó que en febrero de 2018 se realizó en Moscú una reunión de trabajo donde Rusia y Argentina manifestaron “el interés de continuar manteniendo intercambios entre Rosatom y el Ministerio de Energía y Minería” -luego transformado en Secretaría-. Mientras que en diciembre de ese mismo año y en el marco de la cumbre del G20, el por entonces ministro Javier Iguacel suscribió “una alianza estratégica rusa-argentina en el campo de los usos pacíficos de la energía atómica”.
Todos estos acuerdos y documentos de entendimiento firmados por distintos funcionarios nacionales con autoridades rusas y directivos de Rosatom fueron publicados por TN.com.ar y son parte de las negociaciones que ambos países llevan adelante desde 2008 para construir una central nuclear en la Argentina. Desde el Ministerio de Economía, de quien depende la Secretaría de Energía, precisaron que “hay interés de las partes”, al tiempo que en las últimas horas se conoció que Rosatom invitó a José Luis Antúnez, el nuevo presidente de Nucleoeléctrica -la empresa estatal argentina que controla Atucha I, II y Embalse- a conocer “Akadémik Lomonósov”, la central flotante que está sobre el Ártico.
Más allá de los documentos concretos, desde Montevideo aseguran que realizaron contactos informales con autoridades argentinas, quienes buscaron bajarle el tono a la posible construcción de las centrales, sobre todo de la flotante. Rusia propone construir esta planta fluvial de manera conjunta, donde la Argentina aporte el buque y el reactor venga de Moscú, tal como explicó el embajador ruso. Por cuestiones técnicas y de cooperación, este proyecto parecería difícil de concretarse.