El ultranacionalista Naftali Benet, del partido conservador Yamina, y el líder de la agrupación centrista Yesh Atid (centro), Yair Lapid, sellaron un acuerdo para crear una coalición multipartidaria que, de concretarse, dará paso a una mayoría parlamentaria y la salida del poder del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
Esta superalianza abarcará a partidos de derecha (como el mismo Yamina, Yisrael Beytenu y Nueva Esperanza), de centro (Yesh Atid y la coalición Azul y Blanco) y hasta de izquierda (como los laboristas del Meretz). Y además tendría el apoyo indirecto del partido árabe islamista Raam.
De esta manera se acabaría una era de más de una década de gobierno de Netanyahu, que asumió como primer ministro el 31 de marzo de 2009.
“En este momento decisivo, debemos asumir responsabilidades. Pretendo hacer todo lo que está en mi poder para formar un Gobierno de unidad nacional con mi amigo Yair Lapid”, anunció Benet en una comparecencia pública.
Israel realizó cuatro elecciones en solo dos años, en medio de un largo bloqueo político. Netanyahu no logró formar un Ejecutivo con el bloque de derecha. Por ello, los únicos escenarios posibles son convocar a “unas quintas elecciones” o crear “un Ejecutivo de unidad” multipartidario.
Benet rechazó este domingo formar una coalición de derecha liderada por Netanyahu, que enfrenta varios cargos por corrupción y viene de liderar una nueva crisis con Gaza. “Ese intento falló porque no nos creímos las promesas que nos ofrecieron”, dijo Benet.
Netanyahu, a su vez, contestó que una coalición opositora sería un “peligro para la seguridad” de Israel.
Un gobierno mixto
La prensa local informó que Benet y Lapid negocian un Ejecutivo de alternancia. De esa manera, Benet desempeñaría el cargo de primer ministro los primeros dos años y el centrista Lapid lo sustituiría en los dos últimos.
Lapid, que tiene tres días más para crear gobierno, encabeza un amplio bloque de partidos de gran diversidad ideológica, desde la izquierda hasta la extrema derecha y cuyo único elemento de unión es su firme oposición al actual primer ministro. Sin embargo, hasta ahora no alcanzó los 61 escaños necesarios parta formar gobierno.
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El apoyo de Benet supone un impulso que le daría el apoyo de unos 58 escaños en total. Faltarían solo tres votos para lograr el objetivo en el Parlamento.
Estos sufragios podrían conseguirse con el respaldo directo o externo de la Lista Unida (seis diputados) o del islamista Raam, ambos partidos árabes. Este último, con cuatro escaños, es un actor considerado clave para decantar la balanza a favor de Lapid y Benet.
Tras las elecciones del 23 de marzo, Netanyahu fue quién recibió en primer lugar el encargo de formar coalición, pero tras fracasar y no conseguir una mayoría de 61 escaños en un Parlamento (Knéset), el presidente israelí, Reuvén Rivlin, trasladó la tarea a Lapid el 5 de mayo.
Desde entonces, el centrista busca conseguir respaldos suficientes para entablar un Ejecutivo que desbanque a Netanyahu, en el poder durante los últimos doce años.