Alexei Navalny, opositor del presidente de Rusia Vladimir Putin, lleva 19 días en huelga de hambre y su salud empeora rápidamente: la oposición rusa convocó a una marcha para exigir su libertad.
La manifestación será el próximo miércoles, la misma fecha en la que el presidente ruso tiene previsto brindar su discurso anual sobre el estado de la nación.
Navalny fue envenenado y logró sobrevivir a una sustancia que afecta el sistema nervioso. Ahora está detenido, condenado por malversación de fondos. Su lugar de aislamiento en una cárcel de máxima seguridad donde encabeza una huelga de hambre que ya cumple 19 días, y su estado de salud se agrava.
Los gobiernos de Estados Unidos y Francia advirtieron por el deterioro de las condiciones del dirigente político, fundador del partido “Rusia del Futuro”.
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El dirigente, de 44 años, el crítico más visible y persistente del presidente ruso, Vladimir Putin, comenzó esta protesta ante la negativa de las autoridades penitenciarias a permitirle ser visto por un médico privado para un diagnóstico por el dolor de espalda y debilidad en las piernas.
Sin embargo, el servicio penitenciario ruso asegura que el opositor recibe la atención adecuada.
Leonid Volkov, cofundador con Navalny del partido Rusia del Futuro, dijo que las manifestaciones fueron convocadas para el miércoles porque “su vida está en juego”.
Ayer, un médico dijo que los resultados de los análisis que recibieron de la familia del dirigente detenido marcan niveles muy elevados de potasio, lo que podría provocar un colapso y signos de insuficiencia renal.
Protestas por la detención de Navalny
Las protestas del miércoles que viene fueron convocadas en lugares simbólicamente resonantes: la plaza Manezh en Moscú, justo afuera de las murallas del Kremlin, y la extensa Plaza del Palacio de San Petersburgo, informaron agencias de noticias internacionales.
“Alexey Nalvany se está muriendo, en su estado es cuestión de días”, alertó dramáticamente a Kira Yatmish, la portavoz del principal oponente del presidente ruso Vladimir Putin
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La dirigente teme que el organismo de Navalny, ya golpeado por el envenenamiento, no resista a las difíciles condiciones de aislamiento y ahora, de la huelga de hambre como forma de protesta.
Así lo manifiesta su médica personal Anastasia Vasilyeva, secretaria del sindicato Alleanza Medica, a la que el Kremlin considera demasiado parcial y cercana a la oposición rusa, y por lo tanto, poco creíble.
Vasilyeva no pudo visitarlo -sólo lo atendieron los médicos de la colonia penal - pero según los análisis que pudo consultar, la situación sería gravísima: “Tiene niveles críticos de potasio en sangre, los riñones están sufriendo, corre en todo momento un riesgo de paro cardíaco, debe ser hospitalizado en cuidados intensivos”, fue su diagnóstico compartido en redes sociales
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