Un bebé murió tras ser bautizado mediante un rito de la Iglesia Ortodoxa. Sufrió un paro cardiorespiratorio y fue llevado al hospital más cercano, pero falleció horas después. Según este rito, quien es bautizado debe ser sumergido tres veces en el agua bendita.
Las autoridades rumanas abrieron una investigación por homicidio contra el sacerdote celebrante en la ciudad de Suceava, en el noreste de Rumania.
La muerte del bebé de un mes y medio de vida conmocionó las redes sociales, que de inmediato generaron un movimiento de protesta, para que la Iglesia Ortodoxa modifique este ritual, considerado por muchos, como peligroso y temerario. El acto consiste en sumergir al bebé en el agua, tres veces seguidas, mientras el sacerdote debe taparle la nariz.
“La muerte de un recién nacido a causa de esta práctica es una gran tragedia. Este riesgo hay que descartarlo para que triunfe la alegría del bautismo”, escribieron los iniciadores de una petición en línea, que a las pocas horas, ya sumaba más de 56.000 firmas.
La autopsia reveló la presencia de un “líquido” en sus pulmones y la fiscalía amplió su investigación por esta muerte. El sacerdote que ofició la ceremonia seguirá siendo investigado por “homicidio”.
La palabra oficial de la Iglesia
Frente a esta tragedia y las críticas que cayeron sobre la Iglesia Ortodoxa, el portavoz Vasile Banescu , dijo que los sacerdotes podrían simplemente verter un poco de agua en la frente del bebé para evitar tales tragedias. Algo que el arzobispo de Teodosia, líder del “ala dura” dentro de la misma Iglesia, afirmó que “este ritual no cambiará. No nos dejaremos intimidar.”
Lo cierto es que nadie puede explicar qué fué lo que salió mal, en una ceremonia de ingreso a la vida religiosa, no una tragedia.
Otro antecedente, otro bautismo
Un hecho similar, pero con otro final ocurrió en agosto 2019, en plena ceremonia de bautismo. La mamá del bebé tuvo que intervenir, ante la acción del sacerdote que sumergió completamente a su hijo. Fue en una iglesia de Marienburg, cerca de San Peteresburgo, pero la ceremonia se convirtió en una pesadilla.
// Rusia: bautismo y pesadilla. Tuvo que intervenir la mamá del bebé
En la grabación, que se volvió viral en pocas horas, se escuchan los gritos de la mamá ante el horror de ver a su hijo pequeño en esa situación.
“Fue sádico. Lo vi llorando y retorciéndose. Tenía miedo, corrí hacia él. Intenté quitárselo de las manos. Casi me prendo fuego yo misma porque mi bufanda tocó las velas que estaban alrededor”, relató la mujer angustiada. “En vez de salpicarle agua en la cabeza con el agua, lo sumergió a la fuerza”, se quejó aquella vez ante los medios locales. El sacerdote, negó haber sido violento con el nene y aclaró que, para él, se trató de una ceremonia más. “Estuve bautizando así durante 26 años”, se justificó.