El intendente de Pacora, un municipio del norte de Perú, pidió este viernes ayuda al Gobierno nacional para resolver el problema del agua contaminada con arsénico en su localidad, donde el 77 % de los menores presenta altos niveles de este metal tóxico en su organismo, según reveló un reciente estudio.
“Le pido al Gobierno central que nos dé la solución de un problema definitivo al agua contaminada, de algo que no tiene cura. Estamos hablando de la salud de los niños, que son el futuro del Perú. Estamos siendo envenenados”, lamentó el funcionario Virgilio Vidal Arboleda, en declaraciones a la emisora RPP.
Tres de cada cuadro niños envenenados
El reclamo del alcalde llegó poco después de conocerse los resultados del último estudio de la Gerencia Regional de Salud, según el cual el 77 % de los menores muestreados en Pacora presentó niveles altos de arsénico en su cuerpo debido al consumo de agua contaminada por ese metal pesado.
De acuerdo con el gerente regional de Salud, Víctor Echeandía, la evaluación se realizó a 315 menores de 5 a 12 años, de los cuales 243 (77,12 %) superaron los límites permitidos de arsénico en sus cuerpos.
El ministro peruano del Ambiente, Gabriel Quijandría, señaló a RPP que la situación requiere una “intervención inmediata”, coordinada con el Ministerio de Salud y el Ministerio de Vivienda para atender a las personas contaminadas y apoyar a la empresa de saneamiento en la región, Epsel, en la distribución de agua limpia a la población.
Sin embargo, Quijandría argumentó que “probablemente” la empresa se encuentra “en una situación financiera muy complicada” y “está muy limitada en capacidad de atender esta situación”.
El ministro añadió, además, que la contaminación del agua con arsénico “no es un tema puntual, sino esparcido entre responsabilidades de varios niveles de gobierno y de varios sectores”.
Una cuestión nacional
Además de Pacora, son varias las zonas en Perú cuya población está contaminada por metales pesados fruto de la actividad minera y extractiva.
En diciembre, diez distritos de la región norteña La Libertad fueron declarados en emergencia por peligro inminente ante la contaminación de aguas superficiales del río Moche.
Los elevados niveles de metales se absorben por ingestión de agua o alimentos contaminados, distribuyéndose así en diferentes órganos y tejidos de personas y animales.
Conscientes del problema, y de la falta de tratamiento para curar la intoxicación de arsénico, el Gobierno peruano creó en julio del año pasado una comisión especial con la misión de elaborar una propuesta de atención estatal a favor de la población expuesta a metales pesados.
Esta comisión surgió a insistencia de la Plataforma Nacional de Afectados y Afectadas por Metales Tóxicos, creada en 2017 con el apoyo de organizaciones sociales y de derechos humanos, como Amnistía Internacional, que en 2018 presentó 32.000 firmas al Ministerio de Salud para que diese solución a estas poblaciones.
Fuente: EFE