Varios museos de Francia buscan la manera de continuar mostrando sus colecciones, pese a no poder recibir público debido a las restricciones derivadas de la pandemia de coronavirus, a través de colaboraciones y emisiones en internet.
El último caso es el de la Fundación Giacometti en París, que este viernes inauguró su exposición “Giacometti/Beckett” tan sólo para la prensa. El museo esperaba poder abrir este jueves, fecha que el Gobierno francés había fijado la reapertura de las actividades culturales, lo que quedó aplazado por la situación sanitaria.
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La exposición lleva como subtítulo “Rater encore. Rater mieux” (Equivocarse de nuevo, equivocarse mejor) porque pretende ser un homenaje a la relación íntima que se tejió entre el artista suizo y el dramaturgo Samuel Beckett.
Alberto Giacometti (1901-1966) y Samuel Beckett (1906-1989) se conocieron en París a finales de los años 30, cuando empezaron una colaboración y una larga amistad que les llevaría a descubrir París juntos.
“Se sabe muy poco sobre la larga relación de amistad que mantuvieron Giacometti y Beckett desde los años 30 a la llegada del artista plástico a París hasta prácticamente su muerte en 1966”, explicó a EFE el comisario de la exposición, Hugo Daniel.
La pieza estrella de la muestra es la reproducción de un árbol blanco hecha por un artista irlandés que reemplaza la original que Giacometti creó para que fuera parte del decorado de la obra de Beckett “Esperando a Godot” de 1961, época en la que los decorados empezaron a ser importantes en el teatro.
El original se perdió después del fin de las representaciones en el parisino teatro del Odéon y representa un árbol frágil, como la existencia humana.
“El árbol es la puerta de entrada a la exposición, que con más de 80 obras muestra la riqueza de los intercambios culturales entre los dos artistas a través de vídeos, textos, dibujos, fotografías y principalmente esculturas”, aseguró Daniel.
Durante el recorrido por las dos luminosas salas del Instituto se puede ver la pieza “Rockaby”, hecha de barro, con sus características formas alargadas que imitan la posición de una mujer sentada en una silla y con la que Giacometti quiso mostrar el paso de los años.
La imagen icónica aparece entre las figuras asociadas al fin de la Segunda Guerra Mundial, a la tristeza y desespero de la condición humana, con la “Cabeza sobre la caña” que sirve de inspiración a Beckett para escribir un texto corto en prosa en el que explora la muerte de la imaginación.
El dúo artístico también mostró la soledad del hombre moderno a través de la escultura “Tres hombres que caminan”, aunque nunca llegan a encontrarse, a pararse y a entablar una conversación.
Como el subtítulo de la exposición señala, la equivocación es enaltecida por los dos artistas como símbolo del esfuerzo y como vía necesaria para alcanzar luego el éxito.
De momento se puede acceder a la exposición a través de la página web, la única manera de visitar la Fundación de la orilla izquierda del Sena, que como la mayoría de instituciones culturales en Francia, tuvieron que pasarse a internet para seguir existiendo en tiempos de pandemia.
Fuente: EFE