Eran cerca de las 9 de la mañana cuando un hombre armado con un cuchillo irrumpió en la basílica Notre Dame de la Asunción, en el corazón de Niza, y comenzó a atacar a los feligreses que rezaban en el templo al grito de “Alá Akbar” (Alá es el más grande). Tres personas murieron, al menos una de ellas degollada, y varias resultaron heridas.
Entre las víctimas hay una mujer de 70 años, que fue degollada por el atacante cerca de la pila de agua bendita. Testigos dijeron que intentó decapitarla, según el sitio France Info.
El terrorista, de unos treinta años, que dijo llamarse “Brahim”, luego atacó al sacristán de la basílica, un hombre de 45 años al que casi degolló.
La tercera víctima, una mujer gravemente herida, logró huir a un bar vecino, pero murió poco después. “Digan a mis hijos que los amo”, logró decir antes de fallecer, según testimonios difundidos por la cadena BFMTV.
El canónigo de la iglesia, Philippe Asso, precisó al diario Le Monde que en el momento del ataque no había misa pero que “a cada rato, entra gente para rezar” en el templo, que abre sus puertas a las 8.
El atacante recibió varios disparos de la policía y fue trasladado a un hospital, donde se encuentra detenido.
Atentado en Niza: “Todo el mundo salió corriendo”
“Todo el mundo salió corriendo, hubo disparos. Una señora vino directamente de la iglesia y nos dijo ‘¡corran, corran hay alguien que atacó (con un cuchillo), va a haber disparos, hay gente muerta’!”, recordó Daniel Conilh, mozo de un bar cercano.
“Hubo una ola pánico, los clientes se fueron sin pagar, tuvieron miedo (...). Alrededor de las 9.10 un montón de autos, incluyendo los de la brigada de bomberos cercaron el área, oímos muchos disparos”, agregó.
Francia, en alerta máxima
Tras el ataque, tachado de “cobarde” y “salvaje” por el primer ministro francés Jean Castex y condenado por el Vaticano, el gobierno decidió elevar el nivel de seguridad en todo el país a “urgencia atentado”, que corresponde a un estado de vigilancia máxima.
La fiscalía antiterrorista francesa abrió una investigación tras el ataque que se produjo menos de dos semanas después de que un terrorista decapitara a un profesor en Conflans-Sainte-Honorine, una pequeña localidad de 35.000 habitantes ubicada a 50 km de París, por haber mostrado en clase caricaturas del profeta Mahoma.
// Quién era Samuel Paty, el profesor que fue decapitado por mostrar caricaturas de Mahoma en Francia
El alcalde de Niza, Christian Estrosi, atribuyó este nuevo ataque al “islamofascismo” e instó a Francia a "eliminarlo. “Ya es suficiente”, señaló. El presidente francés Emmanuel Macron viajó de inmediato a Niza y se reunió con las fuerzas de seguridad que intervinieron tras el ataque.
El papa Francisco condenó “el terrorismo y la violencia que nunca pueden aceptarse” y “reza por las víctimas”, indicó en un comunicado su vocero Matteo Bruni.
La Conferencia de Obispos de Francia (CEF) describió como “incalificable” el ataque que se produjo a unos días de la fiesta católica de Todos los Santos y todas las iglesias del país hicieron repicar sus campanas a las 15 en honor a las víctimas.
“Sólo puedo condenar enérgicamente la cobardía de este acto contra personas inocentes”, dijo por su parte Abdallah Zekri, delegado general del Consejo Francés de la Fe Musulmana (CFCM), que llamó a cancelar la festividad del Mawlid, que conmemora el nacimiento del profeta Mahoma.
La ciudad de Niza ya fue blanco de un ataque el 14 de julio de 2016 en el que murieron 86 personas. Mohamed Lahouaiej-Bouhlel, un tunecino de 31 años, arremetió con un camión contra una multitud de niños, familias y turistas que celebraban la fiesta nacional francesa, antes de que la policía lo matara a tiros.
