Este martes, Google homenajeó con un Doodle el trabajo del médico y microbiólogo búlgaro Stamen Grigorov, conocido como el descubridor del proceso de fermentación del yogur. También contribuyó al desarrollo de la primera vacuna contra la tuberculosis del mundo.
Grigorov nació hace 142 años, el 27 de octubre de 1878, en el pueblo de Studen Izvor, situado en la región de Trun en el oeste de Bulgaria. Fue hijo de campesinos analfabetos, quienes lograron enviarlo a estudiar en el extranjero.
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Su pasión por la ciencia lo llevó a estudiar Ciencias Naturales en la ciudad de Montpellier, en Francia, y luego Medicina en Ginebra, en Suiza.
A los 26 años Stamen Grigorov contrajo matrimonio en Bulgaria, y después de su boda en 1904, regresó a la universidad para trabajar como asistente de investigación del bacteriólogo León Massol en la Universidad de Ginebra.
Tras unas cortas vacaciones en Bulgaria, su esposa le regaló algunos productos culinarios búlgaros, entre lo que no podía faltar el yogur. Intrigado por los supuestos beneficios para la salud del yogur, decidió inspeccionarlo con un microscopio.
Grigorov se dispuso a investigar la variedad original del yogur búlgaro, que solo se puede producir en Bulgaria y en algunos países vecinos de la península balcánica. Estudios científicos posteriores demostraron que en esa zona se dan las bacterias específicas y los rangos de temperatura necesarios para producir yogur de forma natural.
Después de varios experimentos, en 1905 encontró finalmente lo que buscaba: el microorganismo en forma de barra que causa la fermentación del yogur. La bacteria fue rebautizada más tarde como Lactobacillus bulgaricus en honor al país de origen de Grigorov.
El científico publicó un trabajo científico sobre su descubrimiento y dos años más tarde presentó un informe sobre el yogur búlgaro en el Instituto Pasteur en París.
Ese mismo año, Grigorov asumió el cargo de médico jefe en un hospital local en la ciudad búlgara de Trun. Un año después publicó un documento innovador que demostraba el primer uso de los hongos de penicilina contra la tuberculosis.
Con el estallido de la primera guerra mundial, Grigorov se marchó al frente donde atendió a miles de soldados y civiles heridos o enfermos de cólera. Fue condecorado con una Cruz de Valentía y la Cruz Roja de Oro.
Finalmente murió en Bulgaria otro 27 de octubre, en 1945, a la edad de 67 años. Su pueblo natal de Studen Izvor alberga hoy uno de los únicos museos de yogur del mundo.