Una joven de 22 años vivió un fin de semana que se tornó insólito con su amiga de la universidad. La historia, que captó la atención de los usuarios de internet, revela cómo una visita que prometía ser tranquila se transformó en un caos absoluto.
La protagonista, que prefirió mantener su identidad en el anonimato, compartió que su amiga, a quien llamó “Claire”, llegó a su casa con una pequeña bolsa, una planta y sin cepillo de dientes. “Somos amigas desde la universidad, pero ella es de esas personas que dicen ‘no soy como las otras chicas’ y tiene opiniones fuertes sobre la leche de avena. Es divertida en pequeñas dosis. Palabra clave: pequeñas”, explicó.
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Un fin de semana que se salió de control
Desde el inicio, Claire mostró su peculiar estilo al instalarse en el sofá como si fuera su trono personal. “Se quita los zapatos y se adueña del sillón. Bueno, está bien, soy flexible”, relató la anfitriona, al intentar restarle importancia a las excentricidades de su amiga.
Sin embargo, las cosas se complicaron cuando Claire comenzó a reorganizar la alacena de especias “por vibras en lugar de función” y movió todos los libros por color. “Dijo que se sentía más alineado estéticamente con mi energía. Señora, la energía es caos”, comentó la joven, ya al borde de su paciencia.
El colmo: el cepillo de dientes
El domingo por la mañana, la situación llegó a su punto crítico. La anfitriona encontró a Claire usando su cepillo de dientes. “Cuando la confronté (amablemente, al principio), solo se rió y dijo: ‘No seas rara, me cepillo una vez al día, no es tan grave’”, compartió.
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Fue entonces cuando la paciencia se agotó. “Le dije directamente: ‘No sos excéntrica. Sos una mala invitada con problemas de límites’”. Claire, sorprendida por la confrontación, se fue antes de lo previsto y luego comentó a amigos en común que la anfitriona era “agresiva” y “extrañamente rígida”.
La historia resonó entre los usuarios de las redes sociales, uno de los cuales sugirió: “Decile a tus amigos que fuiste ‘extrañamente rígida’ por usar tu cepillo de dientes”. La joven respondió con humor: “¿Verdad? Debería haber dicho, ‘Sí, soy extrañamente rígida con los gérmenes de la boca y no querer intercambiar ADN. Perdón por la inconveniencia’”.
