Un informe de 22 páginas sobre el Hospital Universitario de Gales, en Cardiff, expuso un estado alarmante en varias de sus áreas y cuestionó el comportamiento de algunos miembros de su personal.
La investigación surgió a partir de un brote que afectó a varias personas, lo que puso el foco en cómo se podría haber causado.
En la evaluación, reseñada por el portal Wales Online, que dedicó varios reportajes al hospital, denunciaron que había palomas en los quirófanos de traumatología. Esa investigación generó preocupación por el estado del resto de los centros de salud del país.

Problemas de mantenimiento y conducta del personal
La falta de limpieza y el deterioro de las instalaciones son otras de las alertas. Además de las aves, sumaron un conflicto interno entre parte del personal y los líderes de las áreas por las condiciones en las que trabajan.
En ese sentido, el informe señaló que hay retrasos significativos en la reparación de filtraciones y equipos esenciales. Además, reportaron fallas en los sistemas de iluminación. Esto se produce en un contexto en el que suele haber pasillos llenos de personas. Por tanto, también hay dudas sobre la eficiencia del sistema interno.
Leé también: Se olvidó una canción de Taylor Swift, fue al médico y descubrió que tenía una enfermedad cerebral
Entre otras denuncias, explicaron que algunos practicantes de anestesiología no se quedaban en el quirófano durante las intervenciones. Se iban a la sala del área para revisar sus teléfonos o ver Netflix.
Más señalamientos: drogas en el lugar
En el informe además se mencionó el caso de un miembro del personal, al que se le encontró una anfetamina de clase B denominada “Speed” en el casillero. La persona sigue trabajando en el hospital, pese a la investigación policial.
Leé también: El increíble hallazgo en un barco de la Segunda Guerra Mundial que está en el fondo del mar
El director de operaciones del hospital, Paul Bostock, quien asumió el cargo en 2022, aceptó todas las recomendaciones del informe. "Es una lectura difícil, pero es crucial que la gente se sienta capaz de decirnos cuáles son los problemas. Hago una disculpa sin reservas a cualquier miembro del personal que no haya sido tratado con compasión y respeto", aseguró.
Bostock también abordó los problemas de mantenimiento, como las filtraciones y la iluminación, al explicar que ya se están tomando medidas. Sin embargo, indicó que en el centro “hay un problema estructural fundamental” y que necesitan “ayuda del Gobierno galés”.