Una mujer fue al médico por un presunto resfrío y descubrió que tenía una grave enfermedad. Kirsty Lawson, de 53 años, pasó un invierno difícil, se sentía más cansada de lo habitual y los resfríos eran frecuentes. Los síntomas eran siempre los mismos: fiebre y pérdida de la voz, sin embargo, ante la aparición de una señal de alarma fue a una consulta con un especialista y recibió la peor noticia.
El episodio tuvo lugar en Wandsworth, al sur de Londres, en 2018, pero trascendió en las últimas horas cuando Kirsty decidió compartir su historia. La mujer, madre de cuatro hijos, creyó que le habían bajado las defensas debido al clima frío y que eso la hacía sentirse mal. En uno de los tantos resfríos se dio cuenta de que tenía un ganglio inflamado y tomó la decisión de visitar a su médico de cabecera.
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“Seguía perdiendo la voz. Pensé que era solo un virus, pero luego descubrí un bulto del tamaño de un huevo en un costado de mi cuello, así que pensé que sería mejor que me lo examinaran”, comentó y detalló: “Me hizo una biopsia con aguja fina y una ecografía y me preguntó si tenía ganglios linfáticos inflamados en otras partes. Le dije en la axila y en la ingle”.
De acuerdo a la información publicada por el periódico británico The Sun, después de someterse a una serie de pruebas, le confirmaron que tenía Linfoma de Células del Manto (LCM), un extraño tipo de cáncer de sangre.
La preocupación de los hijos al enterarse de que su mamá sufría cáncer
Kirsty se sorprendió por el diagnóstico y se angustió por sus hijos: Jessica, de 29 años, Michaela, de 25, Joshua, de 24, y Matthew, de 22. Cuando se enteraron del padecimiento de su mamá eran adolescentes y se preocuparon demasiado por ella.
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“Pensaron que moriría. Yo era el pilar de sus vidas, el sostén de la familia. No podía hacer mucho para tranquilizarlos. Lo único que pude decir fue que el tratamiento se estaba realizando para intentar prevenir eso”, recordó.
La mujer empezó inmediatamente el tratamiento que consistía en varias sesiones de quimioterapia para lograr la remisión de cáncer. Luego, se sometió a una cirugía en Australia para extirpar los ganglios linfáticos inflamados y también recibió un trasplante de células madre.
Gracias a la rápida detección del diagnostico y al trabajo de los médicos, Kirsty actualmente se encuentra en buen estado de salud. Según el citado medio, la mujer no presenta signos de cáncer activo, aunque tiene que controlarse cada seis meses para asegurarse de que la enfermedad no regrese.
