Un trágico hecho conmocionó a todos en Reino Unido y puso en duda la calidad de los servicios de atención médica: una beba de dos días murió después de que la madre se sometiera a una cesárea de emergencia y las parteras pasen por alto señales que indicaban que el estado de salud de ambas estaba en peligro.
Ahora, los padres de la niña acusan al hospital de no “capacitar adecuadamente” a su personal y de “un error en el sistema” de la gestión de las instalaciones.
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Katie Miller, de 37 años, estaba embarazada y esperaba una nena junto a su marido, Rob. El 21 de enero de 2022, la pareja llamó cuatro veces a la unidad de maternidad del Royal Sussex County Hospital en Brighton, al sur de Inglaterra.
En esos contactos, ambos avisaban que ella había entrado en trabajo de parto e incluso que tenía pérdidas de sangre. Sin embargo, los médicos le dijeron que permanezca en su casa y que no se preocupen.
Unas horas más tarde, el estado de Katie empeoró y su esposo volvió a llamar por última vez para informar que “se había puesto pálida, con los labios azules y que le costaba respirar”, según informó The Sun.
A pesar de ello, las parteras no llamaron a una ambulancia de emergencia ya que creían que la mujer estaba sufriendo “un ataque de pánico”. Por esta razón, les comunicaron que ellos tenían que ir hasta el hospital por su cuenta.
Tiempo después, descubrieron que, en ese momento, la madre sufrió una hemorragia interna masiva causada por una ruptura uterina, una rara complicación del parto en la que el útero se desgarra. Por eso, cuando apenas llegó al centro de salud, sufrió un paro cardíaco.
Miller fue sometida a una cesárea de emergencia mientras entraba en estado de coma, aunque, después de dos días en cuidados intensivos, pudo conocer a su hija, Abigail.
Pese a la emoción de traer al mundo a una nueva integrante de la familia, la beba murió 48 horas después de su nacimiento. “Nos sentimos muy decepcionados. Podríamos habernos ahorrado este trauma. Es devastador”, indicó la mujer.
Después de la tragedia, la pareja concluyó que Abigail hubiera sobrevivido si Katie hubiese llegado antes al hospital. Por esta razón, acusan a las autoridades de la institución por negligencia. “Las parteras que estaban a cargo de nuestra atención estaban bajo una presión extrema. Nos hemos dado cuenta de que no se trataba de errores individuales sino de problemas sistémicos”, explicaron.
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Un informe de junio de 2022 de la Subdivisión de Investigación de Seguridad de la Atención Médica indicó que la unidad de maternidad no pudo haber diagnosticado la rara complicación por teléfono. Ahora, la familia está demandando al centro médico por negligencia.
“Perder a nuestra hija nos ha destruido y saber que las cosas deberían haber sido diferentes es imposible de aceptar. Abigail todavía debería estar con nosotros. La extrañamos todos los días”, expresó la madre.