En la costa de Alaska, se detectó una extraña mancha en el fondo del mar, a una profundidad aproximada de tres kilómetros. La expedición a cargo fue Seascape Alaska 5, que se encuentra afiliada a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA en inglés).
Para llegar a saber de qué se trataba, se utilizó un brazo robótico que era controlado a distancia y lograron extraer un curioso objeto similar a un “huevo de oro”. Según confirmaron más tarde, su textura era similar a la de la seda.
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Si bien a simple vista pareciera tratarse de una especie de piedra marina, los expertos aún se encuentran investigando sobre sus características y origen, principalmente la suavidad que produce al tacto, parecido al tejido de la piel.
La expedición fue transmitida en vivo por Youtube mientras registraban las zonas del océano Pacífico que nunca antes habían sido vistas por seres humanos. “Sólo espero que cuando lo toquemos, algo no intente salir”, bromeó uno de los científicos en la transmisión. “Es como el comienzo de una película de terror”, agregó.
Entre una de las primeras teorías, se creía que pueda tratarse de los restos de una esponja marina, aunque no hay pruebas contundentes que lo respalden. Por otro lado, también pensaron que podría ser un intento de reproducción, aunque uno de los expertos se cuestionó: “¿Qué clase de animal haría una cáscara de huevo como esa?”
Los investigadores creen que hasta dos tercios de los seres vivos que habitan en las profundidad del mar aún no se han descubierto, por lo cual este nuevo hallazgo podría ser imprescindible para la ciencia.
La impactante revelación tras una nueva búsqueda del monstruo del Lago Ness: “Se registraron sonidos extraños”
“The Quest” fue el operativo de búsqueda más grande de la historia que intentó buscar alguna prueba de la existencia del famoso monstruo del Lago Ness. Con más de 300 participantes en el proyecto, decidieron finalizarlo por no haber conseguido pruebas contundentes.
Sin embargo, según National Geographic, Alan McKenna, el líder de la investigación, informó que hay material sobre el cual seguir estudiando ya que se registraron “sonidos extraños” con micrófonos especializados.
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La búsqueda se llevó a cabo desde 17 puntos de observación y con varias embarcaciones que permitieron a los investigadores voluntarios indagar en lugares que no eran accesibles por medios humanos. Además, el registro se realizó con detectores submarinos, drones que contenían cámaras infrarrojas e hidrófonos para poder detectar los sonidos que se producen bajo el agua.
A pesar de las tecnologías, buscar algo en dicho lugar no es nada sencillo: el cambiante clima escocés puede dificultar la visibilidad y la turbidez del agua estorba la observación en la profundidad del agua.
De acuerdo al Centro del Lago Ness, los avistamientos del mítico monstruo suman más de 1000 casos reportados. El primer registro sucedió 564 años antes de Cristo al momento en que un monje irlandés describió una experiencia en la que era atacado por un extraño animal.
El lago escocés se extiende por casi 40 kilómetros y cuenta con una profundidad de 240 metros, en cuya oscuridad se esconde la inquietante criatura que aún no se ha dejado registrar contundentemente para comprobar su existencia.
El director general del Centro Lago Ness, Paul Nixon, dijo a la cadena BBC este sábado que el operativo no se trataba de una estrategia de relaciones públicas. “Hay cientos de voluntarios a ambas orillas del Lago hoy, todos con el cometido de hallar respuestas a lo que es el Monstruo del Lago Ness”, explicó.
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Además, recordó: “Algunos de los avistamientos recientes son contactos sonoros, que muestran objetos en las aguas profundas”, lo cual confirma la importancia de estudiar los registros de esta última investigación.
Si bien la búsqueda ha concluido, los organizadores del operativo más grande después de 50 años han manifestado que no desistirán en su ambición por encontrar alguna prueba que confirme la existencia de ‘Nessie’.