El tatarabuelo del rey Carlos III y la bisabuela de Camila Parker Bowles fueron amantes. Hoy, sus herederos no solo llevan su sangre y cargan su historia, sino que también heredaron el trono del Reino Unido.
Aunque una parte de la historia se repite, porque el romance de ambos también empezó en secreto, la diferencia es más que evidente: a pesar de la resistencia, Carlos y Camila sí se casaron.
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Lo curioso es que el amorío de sus antepasados fue lo que Camila eligió para comentarle al joven príncipe y romper el hielo, en 1970: “Mi bisabuela fue la amante de su tatarabuelo”, le comentó en el campo de polo en el que se vieron por primera vez.
Seguramente, ninguno imaginaría que faltaría más de medio siglo para que Carlos pudiera heredar el trono, hecho que ocurrió tras la reciente muerte de la reina Isabel II.
Así fue la historia: Eduardo, tatarabuelo de Carlos, tenía 56 años y estaba casado por conveniencia con Alexandra de Dinamarca. Alice tenía 29 años cuando se conocieron, y estaba casada con el séptimo conde de Edmonstone, George Keppel.
Muy rápidamente comenzaron a ser amantes. Alice era una mujer de una increíble belleza, que conquistó rápidamente a toda Europa y especialmente al rey.
El monarca había tenido otras amantes, pero ninguna como Alice: fue la única que mantuvo un perfil bajo y que también era aprobada por la esposa de Eduardo, Alexandra.
Comentan que Alice Keppel ayudó muchísimo al rey a tomar decisiones diplomáticas importantes, y solía calmarlo como nadie en momentos de tensión y estrés.
Era un romance prohibido que estaba a la vista de todos. De hecho, estuvo a su lado hasta el lecho de muerte, y una vez que ocurrió se distanció de la familia real.
Ese amorío clandestino dejó muchos mitos en la realeza, y además era un tema tabú que nadie quiso siquiera mencionar.
Uno de ellos, y el más escandaloso, es que quizás uno de los hijos de Alice pudo haber sido de Eduardo VII. Si esto fuera cierto, Camila y Carlos tendrían un parentesco.
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Aunque muchos en la familia conocían la historia del amor prohibido de Eduardo VII, era difícil imaginar que sus herederos, más de un siglo después, repetirían parte de esa historia: Camila y Carlos comenzaron su relación en absoluto secreto, pero a diferencia de sus ancestros sí pudieron casarse después de mucho tiempo y hoy son los reyes del Reino Unido.
