Jamie Bisceglia quería ayudar a una amiga que quería hacer un buena fotografía de pesca para un concurso. Se le ocurrió una “genialidad”: ponerse un pulpo en la cara.
Pero las cosas no terminaron como imaginaban, aunque se hayan llevado la foto.
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Jamie se puso el pulpo “blandito” porque le pareció divertido para la fotografía. Ella estaba en un torneo de pesca, y su amiga quería participar de un concurso de fotos.
“Las ventosas no eran fuertes. Simplemente se deslizaron por toda mi cara, mi nariz y mis orejas”, dijo en una entrevista televisiva. Pero en ese momento, el pulpo la mordió. “Cuando su pico entró en mi barbilla, fue el dolor más intenso”, describió.
Lo definió como “un gancho con púas” que no podía quitarse de la cara porque le iba a arrancar la piel.
El pulpo venenoso la mordió, y ella se lo comió
Por supuesto, fue la comidilla en el hospital, cuando llegó dos días después a internarse con las marcas que le dejó sobre el rostro. Todo transcurrió en segundos, y por supuesto que Jamie dice que está arrepentida. “Somos humanos. Todos cometemos errores”, agregó.
Primero, ella esperó que el pulpo aflojara un poco, pudo sacárselo de la cara y volvió a morderla y le dejó una herida sangrante. Intentó seguir como si nada, y siguió pescando, pero dos días después se levantó con su cara hinchada porque el animal era venenoso.
“No podía ver muy bien por el lado izquierdo, mis glándulas estaban completamente hinchadas, debajo de mi barbilla había una gran bolsa de pus y luego el lado izquierdo de mi cara estaba completamente paralizado”, detalló.
En el hospital le dijeron que fue “el caso más raro que habían visto”.
Eso sí, confesó que se llevó el pulpo a la casa, lo cocinó y se lo comió, lo que generó muchísimas críticas cuando lo contó en las redes sociales.