Paul Bishop es un ciudadano del Reino Unido que vivió una historia muy particular hace más de una década cuando se encontraba de vacaciones en España. En esa época de turista, el hombre se fue de fiesta, no imaginaba que iba a perder una pieza importante de su boca y mucho menos que la iba a encontrar años después.
Bishop salió a tomar unas copas, pero rápidamente la noche se le fue de las manos y terminó alcoholizándose. Debido a la borrachera, el inglés vomitó en un contenedor de basura de gran tamaño y mientras regurgitaba perdió su dentadura postiza.
Lee también: Champán y collares hawaianos: filtran una nueva foto de Boris Johnson de festejo en plena cuarentena
En “modo turista”, en Benidorm, ciudad del país ibérico, Paul Bishop, de 63 años, dijo que “se enfermó” luego de beber sidra durante una noche en el resort de fiesta español en 2011. Lo cierto es que perdió su dentadura postiza y quedó atónito cuando apareció en el puesto 11 años después.
Después de que la dentadura postiza de Paul fuera encontrada en un basurero, las autoridades españolas aprovecharon los registros de ADN que tenían almacenados para lograr rastrearlo hasta su casa en Stalybridge, Greater Manchester.
Tras reencontrarse con su dentadura postiza, dijo que estaba “atónito” al verla después de tanto tiempo. Al recordar los eventos de esa noche perdida de hace más de una década, Paul le dijo a BBC North West Tonight: “Me había bebido el resto de mi sidra y decidí volver a casa a vomitar, pero no llegué”.
“La papelera era lo más cercano a mí y cuando nos dirigimos al siguiente bar, mi amigo se volvió hacia mí y me preguntó dónde estaban mis dientes”, relató Paul, quien también contó que buscó en vano en busca de su dentadura postiza en el contenedor.
Lee también: Encontraron a una mujer de 70 años momificada: estaba sentada en una silla desde hace dos años
Luego, 11 años más tarde cuando aparecieron de la nada, dijo que “pensó que alguien estaba haciéndole una broma”. Explicó que su dentadura postiza había pasado de la basura a las autoridades y que durante años lo habían estado buscando.
“Lo siguiente que me enteré es que encontraron mi ADN y mi dirección en los registros británicos, y lo han enviado por correo”. Paul describió todo el asunto como “increíble”. “Todos conocen mis famosos dientes... ¡Voy a tener que abrir un museo de dientes de Stalybridge!”, cerró entre risas.
