Un equipo del área de vida silvestre de Florida debió realizar un operativo inédito. Sucede que durante varios días habían estado recibiendo llamadas de varios vecinos denunciando la presencia de un oso gigante que deambulada por las calles de los barrios. Además, los habían puesto en alerta al informales que el animal llevaba una botella de plástico alrededor del cuello de su cabeza. De esta manera, debieron realizar un exhaustivo trabajo de seguimiento para encontrarlo y evitar que muriera a causa del botellón atascado.
Los trabajos para dar con el mamífero les demandaron alrededor de un mes. Cuando consiguieron ubicarlo le administraron un dardo tranquilizante para poder extraer el elemento de la parte superior de su cuerpo. Según confirmaron desde la Comisión de Conservación de la Pesca el pobre oso debió deambular durante varios días por la zona del Golden Gate Estate antes de ser rescatado y trasladado a un lugar seguro donde podrá seguir disfrutando de su vida sin el molesto accesorio.
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En apariencia la botella plástica no era más que un comedero para mascotas que seguramente quedó incrustado en su cuello durante el mes que se paseó por las calles de Florida. Para poder sacárselo debieron llamar a un equipo de biólogos especialistas en esta especie con el fin de evitar dañarlo durante la extracción. “Nuestro biólogo tuvo que utilizar cizallas para cortar el plástico y quitárselo de la cabeza”, detalló Mike Orlando una de las personas que estuvo a cargo del exitoso operativo.
Cómo sigue el oso luego de tanto estrés
Si bien lo encontraron en perfecto estado de salud las autoridades aún llevan adelante un seguimiento exhaustivo del animal. No sabe hasta dónde pudo haber afectado parte de sus órganos el plato de comida que rodeaba su cuello. En este sentido, uno de los biólogos explicó que el oso desapareció durante tres semanas mientras era buscado. Fue justamente esto lo que demoró el rescate y lo que explica los cuidados que le están dando.
“Finalmente, el oso fue visto por la cámara de seguridad de un residente, ¡aún con el contenedor en la cabeza!”, recordó el experto ante los medios locales que un dudaron en acercarse para escuchar todo lo sucedido. Por suerte el plástico le daba suficiente espacio como para continuar alimentándose lo que ha permitido que no bajara de peso mientras estuvo vagando por las calles.
Lo que les preocupa a los especialistas es la herida que le causó llevar por tanto tiempo el aparato alrededor de su cuello. Su cara y parte de la nuca del oso se encuentran lastimados. Por ello antes de hidratarlo han debido limpiarle y curarle la lastimadura para que no se termine de infectar y así evitar posibles complicaciones.