Un hecho “raro e inhabitual”: sesenta y tres pingüinos africanos fueron encontrados muertos en una playa cercana a la Ciudad del Cabo. Si bien aún se están investigando las causas del fallecimiento de esta colonia, se estima que fueron atacados por abejas en el lugar. Desde la comunidad científica lamentaron lo sucedido ya que la especie no sólo es una de las más importantes que habita en Sudáfrica, sino que además se encuentra en peligro de extinción.
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Fue la Fundación de África Austral para la Conservación de las Aves Costeras (Sanccob) la que se encargó de comunicar, este fin de semana, la lamentable noticia. Las aves muertas, desparramas sobre la costa de Simon’s Town dejó sorprendidos a los investigadores. Por ello han informado que se realizarán más estudios, durante la autopsia de estos animales, con el fin de descartar enfermedades o la ingesta de algún tipo de sustancias tóxicas.
Picaduras en diferentes partes de los cuerpos de los pingüinos es lo que los ha llevado a pensar que fueron víctimas de una colmena hambrienta de la zona. La hinchazón como producto de las mismas los llevó a una muerte casi inmediata. También encontraron cientos de abejas sin vida sobre la playa que se volvió viral con su triste historia. El tema se ha vuelto todo un tema de análisis debido a que las atacantes también forman parte del ecosistema y será clave determinar si se trató de un hecho aislado o si hay algo que las moviliza a devorar a otras especies.
“Las abejas picaron a estas aves hasta causarles la muerte”, aseguró el veterinario de Sanccob luego de ser consultado sobre la tragedia por los medios locales. El doctor fue uno de los que se mostró más consternado al conocer la noticia. Fue él quien advirtió la importancia de esclarecer rápidamente el suceso para poder tomar las acciones necesarias con el fin de evitar que esta especie desaparezca de la faz de la tierra próximamente.
Se encendieron las alamas en la comunidad científica
El pingüino africano ingresó hace algunos años a la extensa lista de animales que se encuentran en peligro de extinción. Según los últimos estudios, publicados en el 2019, había unas 13 mil parejas repartidas entre Sudáfrica y Namibia. Fue la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la encargada de realizar el relevamiento que ha dado cuenta de la importancia de realizar todos los esfuerzos posibles para protegerlos y así lograr conservar la especie.
