Desde hace un tiempo, el estadounidense William Osman se ha transformado en un YouTuber que cosecha una gran cantidad de seguidores. Esto se debe a que sus videos por lo general son entretenidos y llaman la atención por el contenido de las explicaciones que comparte. Pero en esta oportunidad el hombre, que además es ingeniero, decidió redoblar su apuesta para atraer la atención de los ciebernautas, con un agregado especial: concientizar a la población acerca de los altos costos que tiene la atención médica en su país.
Con su amplio conocimiento de las reacciones químicas, físicas y “blindado” de un amplio bagaje en temas matemáticos, el profesional se abocó en los últimos días a fabricar por sus propios medios, nada más y nada menos que un equipo de hacer radiografías. Por extraño e imposible que parezca tal emprendimiento, lo cierto es que en su video, William muestra que en su caso (y basado siempre en conocimientos sólidos en la materia), la posibilidad de contar con su propio aparto de Rayos X en la cochera de su casa, fue posible.
Así, en el entretenido y ocurrente material que ya dio la vuelta por miles de celulares que lo reprodujeron, el YouTuber describió en un primer momento su gran desconcierto al comprobar los altos costos de los estudios médicos. En su caso, el hospital le facturó, luego de su última visita para efectuarse las radiografías, un monto superior a los 69 mil dólares; aunque en el mismo material audiovisual, el hombre aclara que gracias a su seguro médico, el abono de coseguro, en su caso, será de dos mil quinientos dólares. Si a ello se suman los costos anuales de su obra social, en total llegará a ocho mil quinientos dólares.
“Ahora soy esclavo de las deudas médicas. Tengo que vender todas mis cosas, tengo que vender las pertenencias de mis amigos”, dice en el video, con un tono que busca desdramatizar el hecho pero a la vez hacer visible la situación que deben atravesar las personas que no cuentan ni siquiera con cobertura médica.
Lo cierto es que, desde cualquier punto de vista, el hecho de arriesgarse a construir un equipo de esta complejidad de manera casera, puede ser extremadamente peligroso. Sin embargo, este estadounidense parece haber logrado su objetivo y decidió compartir su logro a través del video de 17 minutos de duración publicado en YouTube y que ya se hizo viral.
El joven explicó que el equipo funciona con una fuente de energía de 400 dólares y 60,000 voltios, un tubo de vacío de rayos X, que costó 155 dólares, rescatado de un cabezal de rayos X dental desechado, múltiples contadores Geiger y un rollo de chapa de plomo.
Sobre el final del video, llamó a su aparato como su “obra maestra”. “Este es el artilugio más peligroso que he construido”, expresó. Sin embargo, se deben enfatizar aún más los peligros del proyecto. Un conocimiento profundo de la seguridad contra la radiación, es un aspecto excluyente en este sentido. Una incorrecta utilización de estos insumos y el material de origen pueden ocasionar grandes riesgos tanto para quien los manipula como para el resto de las personas. En suma, un desafío no recomendable para la población.