En medio de la pandemia de Covid-19 y cuando el mundo aún se pregunta cómo se podrá hacer frente a nuevas amenazas desatadas por el virus -que muta con la aparición de nuevas variantes-, la creatividad se abre paso de formas inusuales. La gente ha intentado protegerse de diversas maneras. Si bien lo más conocido desde un primer momento siempre fue el barbijo, existen otras formas que las mismas personas crean.
En esta oportunidad, la cuota de originalidad la brindó un artista de Bélgica que decidió hacer pública la invención de una mascarilla que hace las veces de casco protector. En este caso, tiene un agregado especial: plantas medicinales en su interior para llevarlas e inspirar su aroma a donde sea que la persona vaya.
Así, para Alain Verschueren, esta es una forma de protegerse pero al mismo tiempo, propiciar formas más integrales de permanecer en el planeta desde una mirada ligada a lo natural. De hecho, el hombre llamó a su invento “oasis portátil”. Se trata de una especie de cubo donde en su interior existe un invernadero que le permite caminar por la calle aislado del mundo y las enfermedades.
“Traté de crear una burbuja para así poder encerrarme, para aislarme del mundo que me parecía demasiado aburrido, ruidoso y maloliente” explicó. Extrañamente, o tal vez como algo esperado, su invento no tuvo el efecto que buscaba en un principio. La máscara sólo lo ha hecho popular y por ende más cercano a quienes desean conocerlo. Cuando lo ven pasear por las calles, es difícil no querer pedirle una foto. Afortunadamente, él accede sin ningún problema.
Según el artista, quien además es trabajador social, este invento no fue creado en pandemia, sino hace quince años atrás cuando ya le molestaba el sonido y el smog de las grandes ciudades.
La realidad es que la máscara, que fue inspirada en los oasis de Túnez, justo ahora es útil, por lo que espera crear conciencia en las personas sobre el cuidado del medioambiente y la contaminación acústica.
Seguramente la protección es un poco incómoda o pesada. Sin embargo, está diseñada para que se apoye en sus hombros y la planta rodee todo su cuello. De ese modo, quien la utilice puede respirar con tranquilidad el oxígeno que constantemente producen sus plantas medicinales, mientras se aísla del sonido exterior.
Así, en los videos que fueron dados a conocer en las redes sociales, el hombre aparece mostrando su invento por las calles de Bélgica, mientras los transeúntes le sacan fotos y filman su andar.