Quién no conoce a alguien capaz de tener una flexibilidad digna de admirar. Seguramente, en algún momento de tu vida te hayas cruzado con alguna persona capaz de llevarse el dedo pulgar hasta su antebrazo, de tocarse la punta de la nariz con su lengua o de doblarse en dos y caminar hacia atrás. Probablemente hayas sentido envidia al verlo o muy por el contrario la impresión te haya vencido.
Lo que sí está claro es que no cualquiera puede tener este tipo de elasticidad. Médicos e investigadores llaman a esta cualidad como híper movilidad, mayormente conocida como híper flexibilidad. El término es utilizado por los especialistas para definir a aquellos humanos capaces de mover sus articulaciones un poco más que el común de las personas.
De esta manera vemos cómo muchos pueden abrirse de piernas, pero no cualquiera puede conseguir abrirlas completamente y sentarse en el suelo. Muchos atletas o bailarines entrenan para conseguir ser cada vez más flexible pero lo cierto es que la híper movilidad es algo con lo que uno nace. Según Michael Habib, anatomista de la Universidad del Sur de California, “puedes tener un límite o puede haber un ligamento manteniéndolo donde está”.
El hombre que usa los omóplatos para todo
Darak Somrit es la prueba viviente de la flexibilidad es algo con lo que definitivamente se nace. Era muy pequeño cuando descubrió que sus huesos eran mucho más grandes que los de sus compañeritos de colegio. Fue el largo de sus omóplatos lo que le ha permitido tomar objetos y romperlos en cuestión de segundos.
Al notar que su estructura ósea era diferente a la del resto comenzó a sentir curiosidad por saber qué era capaz de hacer. Nacido en la provincia de ChiangRai, en Tailandia, muchas veces se sintió raro al compararse con el resto. Sin embargo, esta sensación no impidió que explotara el don con el que llegó al mundo. Incluso, muchas personas se congregan cada vez que él da un show para mostrar su habilidad.
“Descubrí mi habilidad por casualidad. Nunca lo hubiera sabido si no hubiera empezado a hacerlo con mis amigos. Nadie más podía hacerlo, así que me di cuenta de que era especial”, confesó Darak Somrit hace un tiempo. Además, detalló que si bien parece peligroso lo que hace para él es totalmente normal y no representa amenaza alguna en su cuerpo.
“Es algo genético y no me causa ningún dolor. Apenas practiqué con mis fuertes omóplatos, pero aún puedo aplastar cosas fácilmente. Es tan normal como respirar”, sostiene cada vez que alguien se asombra al verlo realizar su sorprendente e inusual truco con sus omóplatos.