Al sur de la Ciudad de México, apenas a 20 kilómetros de distancia, se encuentra una pequeña extensión de tierra rodeada de agua entre los canales de Xochimilco. Este sitio, bien podría ser catalogado como uno de los lugares más aterradores del mundo. Se trata de la llamada “Isla de las Muñecas” y su origen se debe a una historia llena de tragedia.
A pesar de aquello, es también un lugar de gran afluencia de visitantes que gustan del llamado “turismo B”.
¿Cuál es la leyenda de la Isla de las Muñecas?
Este lugar fue el hogar un hombre ermitaño; don Julián Santana Barrera y fue el único residente por más de 20 años en la isla.
La leyenda dice que Santana encontró el cuerpo de una nena que se quedó enredada entre las plantas de la orilla y murió ahogada.
Desde ese día, Julián Santana nunca más encontró paz y vivió temeroso ya que, según él mismo decía, todas las noches sentía la presencia fantasmagórica de la nena. Aseguraba que en la isla podía escuchar sus llantos, gritos ahogados y lamentos.
// Venden un pub inglés embrujado que incluye un fantasma borracho
Como era una persona supersticiosa y fiel creyente de los sucesos paranormales, se le ocurrió que podía protegerse del alma en pena de la nena, si ponía muñecas en el territorio, ya fuera para distraerla o para ahuyentarla.
Julián, según informan medios locales, salía a diario a vender lo que cosechaba en la isla y en el camino recolectaba las muñecas que encontraba tiradas en la calle o en la basura. Al llegar a su hogar las situaba estratégicamente en cada lugar de la isla.
Con el correr de los años, la isla se fue llenando de estos malogrados juguetes los que, expuestos al sol y a las inclemencias del tiempo, fueron adquiriendo un aspecto aterrador. Además del polvo, las cavidades de estos juguetes son hogar de arañas y otro tipo de insectos que, por su desplazamiento interno, dan la ilusión en algunos de estos ejemplares, de movimientos oculares o pendulares que, de buenas a primeras, parecen inexplicables.
Lamentablemente, se dice que Santana Barrera no solo fue acechado por el espíritu de la nena, sino que además contaba habitualmente entre sus conocidos que una sirena de río se le aparecía y le juraba que lo llevaría con ella.
Cuenta la leyenda que un día, mientras se encontraba pescando con su sobrino, sucedió lo que para él era inevitable. En un momento de la tarde, su sobrino bajó del bote para ir a controlar el ganado que estaba pastando. Cuando regresó a la lancha encontró a su tío que yacía en el agua: se había muerto de un infarto y tenía la cara de una sirena.
Actualmente, la gente que visita el lugar continúa llevando muñecas, como una forma de recordar a Julián Santana Barrera. Los más familiarizados con la leyenda popular de la isla, le llevan atenciones especiales a una muñeca en particular que, según dicen los lugareños, era la preferida de Santana, que la bautizó con el nombre de Agustinita, pues fue encontrada el 28 de agosto, día de San Agustín. Quienes creen en estas leyendas populares aseguran que es milagrosa y la gente acude a ella en busca de favores y mandas.
