Un grupo de arqueólogos descubrió a la primera momia egipcia embarazada del mundo, proveniente de las Tumbas Reales de Tebas, antigua ciudad de Egipto, después de tomar radiografías de un cadáver de 2.000 años de antigüedad. La mujer tenía entre 20 y 30 años y cursaba 28 semanas de embarazo cuando murió, según reveló el estudio.
Se cree que esta mujer fue miembro de la élite de la antigua ciudad de Tebas, ya que sus restos se encontraron envueltos en telas de calidad, cuidadosamente momificados, y equipados con un juego de amuletos.
Los restos en cuestión fueron escaneados como parte del Proyecto de Momias de Varsovia, que tiene como objetivo investigar qué se esconde debajo de los vendajes de las momias. A su vez este proyecto, lanzado en 2015, es parte de una campaña para identificar el sexo, la edad y la causa de muerte de las momias alojadas en museos.
Cuando los investigadores realizaron las radiografías y tomografías computarizadas de la momia de Tebas, se sorprendieron al encontrar los restos de un feto en su abdomen. Las mediciones de la cabeza del niño sugieren que tenía entre 26 y 30 semanas cuando murió la mujer, según dio a conocer Journal of Archaeological Science.
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Investigaciones anteriores sobre la momia, que fue desenterrada a principios del siglo XIX, la fecharon en el siglo I antes de cristo. Eso significa que la mujer vivió cerca de la época de la famosa reina Cleopatra, cuando el Antiguo Egipto y la ciudad de Tebas estaban “prosperando”.
Luego de eso, la momia fue llevada a Varsovia, Polonia, en 1826, durante la época de los grandes descubrimientos en el famoso Valle de los Reyes. En 1917 fue cedida en préstamo al Museo Nacional de Varsovia, donde actualmente se exhibe en la Galería de Arte Antiguo.
Este descubrimiento podría ayudar a los egiptólogos a arrojar luz sobre los procedimientos médicos antiguos. “Este es un descubrimiento fascinante porque sabemos poco sobre la salud perinatal y la infancia en el antiguo Egipto”, dijo el autor del estudio, el doctor Wojciech Ejsmond, de la Academia de Ciencias de Polonia.
“Los médicos pueden estudiar, por ejemplo, el contenido intestinal del feto para recopilar información sobre el desarrollo del sistema inmunológico en la antigüedad”, concluyó.
