Según el Monitor de Exportaciones Agroindustriales que realiza la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), los productos agroindustriales representan el 67% de las exportaciones totales del país. En un momento en que las divisas no alcanzan, su papel se vuelve aún más importante para la actividad argentina.
De todo lo que producen las cadenas agroindustriales, en promedio, el 54% abastece el consumo interno y el otro 46%, es exportado. Y si se desglosan los datos, se puede saber fácilmente quiénes son nuestros principales compradores y qué rubros son los que más demanda tienen.
En 2022, con ventas por valor de 12.665 millones de dólares, Brasil repitió un año más como el principal destino de las exportaciones argentinas, seguido por China (8.022 millones de dólares) y Estados Unidos (6.675 millones). A su vez, nuestro país es el primer exportador mundial de harina, aceite de soja, jugo de limón, porotos y maní.
Si pasamos al rubro cárnico, en el monitor de FADA es posible descubrir que de las carnes que se producen, el 99% del cerdo queda para el consumo interno y sólo el 1% va al mundo. En el caso del pollo, el 90% queda y el 10% se exporta. El 71% de la carne de vaca es para los argentinos y el 29% se vende afuera. Por último, respecto a la carne ovina, el 63% queda en el mercado interno mientras que el 37% se exporta.
Sobre este punto resalta el esfuerzo de una de las empresas nacionales más reconocidas en el rubro. COTO, cuyo origen como compañía estuvo en la comercialización de carnes, está enfocando sus esfuerzos en aumentar las exportaciones.
Esta búsqueda se sustenta en su red global de comercialización con filiales en Estados Unidos, China, Europa, Latinoamérica y Emiratos Árabes Unidos. Con procesos de industrialización de avanzada, la empresa 100% de capitales nacionales busca darle valor agregado a su producción para abastecer los mercados internacionales con bienes argentinos.
Con su lema “Cuando una empresa exporta, un país crece”, ha dado a conocer sus planes para aumentar su faceta exportadora en los próximos años.
De esta manera, con el esfuerzo de jugadores privados decididos a exportar cada vez más, el ingreso de divisas también puede aumentar dándole un respiro a la balanza comercial argentina.
