Los tapabocas se convirtieron en accesorios imprescindibles y obligatorios para garantizar la seguridad sanitaria y combatir la pandemia desde la solidaridad. Sin ánimos de banalizar su uso como medida preventiva, las firmas de moda lanzaron sus propios modelos personalizados y lo incorporaron al street style como un complemento más.
Incluso la realeza europea tuvo que adaptar sus estilismos elegantes a la nueva normalidad: solo así pudieron retomar sus compromisos oficiales fuera del palacio. Entre ellas, Kate Middleton se inclinó por una colección de tapabocas en específico, diseñada por la aclamada creativa neozelandesa Emilia Wickstead.
Sus creaciones triunfan en el guardarropas de la duquesa de Cambridge, que lució varios de sus conjuntos en diversas ocasiones. Este nuevo proyecto solidario consiste en la confección artesanal de tapabocas con estampados que ya fueron utilizados en vestidos de su firma, con el objetivo de facilitar entre sus clientas la combinación de ambas piezas y priorizar, en consecuencia, la seguridad sanitaria.
¿Por qué “solidario”? El 100% de las ganancias obtenidas de las ventas serán destinadas a The Intensive Care Society, una organización benéfica que ofrece asesoramiento personalizado al personal que trabaja en las unidades de cuidados intensivos en Gran Bretaña.
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