Del creador de la camiseta de DHL a 300 euros, el calcetín con un mechero a modo de tacón (480 €) o la bolsa de Ikea a mil euros llegan las zapatillas de peluche a 700 euros.
Están hechas de alpaca y mohair y tienen unas tiras invisibles para poder ajustar las extremidades del oso. Son, en definitiva, una versión sofisticada de las típicas pantuflas de muñecos de toda la vida. Estas, sin embargo, están pensadas para sacarlas a la calle (siempre que no llueva). La idea es combinarlas con la mochila osito de peluche, también de alpaca y mohair, que Vetements lanzó la semana pasada. Ambas piezas están ya agotadas.
Por extravagante que pueda parecer, lo cierto es que en Vetements y otras marcas de lujo para millenials como Off White o Palm Angels, es más común que se vendan estos productos irónicos que las prendas básicas o de continuidad. Tazas de café, llaveros, etiquetas para el equipaje…cualquier objeto mundano fabricado bajo estos nombres se convierte en pieza de culto: casi nunca se vende en las webs de las marcas en cuestión sino en plataformas multimarca seleccionada y en unidades muy limitadas.
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida por VETEMENTS (@vetements_official) el
El merchandising está ocupando poco a poco el lugar que antes ocupaban accesorios como las gafas de sol o la cosmética de firma y la carrera por ver quién lanza al mercado el objeto más chocante e inútil está llegando a cotas casi absurdas: en los últimos dos años hamos visto cinta adhesiva de Raf Simons, alarmas antirrobo de Palm Angels, fundas para la tintorería de Moschino, neveras portátiles de Alexander Wang o clips de Prada y Off White.
