Adrián Brown presentó su nueva colección verano 2020 en el Presidente Bar, dentro del marco del ciclo Fashion Insider. Titulada “Requiem”, esta innovación creativa es una forma artística de resistencia: contra construcciones culturales y estereotipos. Su principal inspiración reside en las particularidades de la religión, su estética y simbolismos.
Un desfile que hizo las veces de máquina de tiempo, sumergiendo a sus espectadores en el espíritu de la antigüedad. Colores vibrantes y géneros metalizados iluminaron la pasarela, donde el interjuego entre sutileza y extravagancia simbolizaron algo mucho más profundo: la esperanza y el caos.
Las estampas de aire romántico fueron protagonistas, tanto en vestidos como en tocados y accesorios. El brillo y las flores fueron el factor común en la gran mayoría de las prendas, que a pesar de su aparente semejanza, conservaban una individualidad intacta y reconocible. Como dijo el mismo Brown: “Todo diferente, todo lo mismo. Individualidad y unión son opuestos complementarios”.
Fue una presentación que combinó dramatismo y humor, belleza y dolor, verdad y engaño. Una forma de “resistencia”, declaró su diseñador, cuya destreza con el bisturí médico se refleja en la sofisticación y armonía de cada detalle. “El estilo es sólo una construcción, una definición”, dijo, insinuando que la atemporalidad de la moda es una mera ilusión.
Cada prenda es una obra de arte en sí misma, y posee una notable impronta del estilo royal. Elegancia, es la palabra que resume tan osada colección.
