Las lámparas son uno de esos pequeños accesorios que tienen el poder de elevar la decoración de una habitación. Incluir una lámpara de diseño en casa es una forma de mostrar interés por la estética y por las novedades en el mundo del interiorismo.
Hay muchas posibilidades de adornar con lámparas. Las hay de pie, de escritorio, de mesa y colgantes, en una amplísima diversidad de diseños, materiales (del metal a la cerámica, pasando por las fibras naturales) y colores. No hay excusa para no incorporar una que se destaque.
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En ese marco, uno de los modelos que se está apoderando de los hogares con más fuerza que nunca es el de las lámparas en forma de hongo o seta, un diseño que cuenta con diversas adaptaciones, desde las más literales hasta aquellas que buscan reinterpretar estas formas de la naturaleza.
Cómo surgieron las lámparas con forma de hongo
En realidad, no se trata de un formato nuevo en el mundo de la iluminación, y no siempre se inspiró en los hongos. Los modelos originales en los cuales se basaron para crear las nuevas lámparas en forma de seta son piezas icónicas surgidas en los años ‘60.
Algunas de estas piezas son Nesso y Nessino, ideadas por Giancarlo Mattioli y el Gruppo Architetti Urbanisti Città Nuova para la empresa Artemide en 1967. Más allá de lo que aparenta su silueta, el diseño de esta reconocida luminaria está basado en las líneas de las medusas.
Por qué las lámparas con forma de hongo son furor
Para los especialistas, el principal motivo por el cual este tipo de lámparas son tendencia de un tiempo a esta parte es por su carácter lúdico y alegre, un rasgo que atrae tanto a artistas como a aficionados.
Después de la pandemia del coronavirus, que obligó a pasar más tiempo dentro del hogar, incorporar a nuestra cotidianeidad elementos simpáticos y coloridos (estas luminarias se caracterizan por fabricarse en una gran diversidad cromática) ayuda a mirar hacia adelante con más positivismo.
