Phoebe Waller-Bridge fue una de las grandes protagonistas de la noche de los Globos de Oro que se entregaron el domingo a la noche. La serie Fleabag, creada y protagonizada por ella, se llevó el premio a mejor serie de comedia o musical, y su actuación también mereció el reconocimiento como mejor actriz en esa categoría. Pero esto no es todo: la intérprete y guionista británica anunció en la conferencia de prensa posterior a su paso por el escenario que subastará el traje que lució en la gala, un modelo de Ralph & Russo, y que donará el dinero obtenido en la puja a la lucha contra los incendios que están asolando Australia, según informó Kirsten Chuba, editora del medio especializado The Hollywood Reporter.
Aunque su discurso de aceptación no fue tan reivindicativo como el de Michelle Williams o el de Patricia Arquette –que se mojaron políticamente al pedir que los estadounidenses votaran en las elecciones presidenciales que se celebran este año–, Waller-Bridge se sumó después a la preocupación de muchos de los asistentes a la ceremonia y reclamó atención a la catástrofe medioambiental que se está produciendo en Australia.
No fue la única que tuvo presente esta causa: Michelle Williams subrayó en su comparecencia que había muchos artistas australianos en la ceremonia, como Nicole Kidman, y les manifestó su apoyo y Arquette recordó que quiere que sus hijos puedan disfrutar del planeta, por lo que es necesario cuidar sus recursos naturales. La preocupación por el medio ambiente fue una constante en la noche, desde la broma de Ricky Gervais, el anfitrión de la gala, sobre el menú vegano aprobado por Leonardo DiCaprio, a la apasionada intervención de Joaquin Phoenix cuando recogió su galardón por Joker y urgió a sus compañeros a "no tomar jets privados para ir de vacaciones a Palm Springs".