Naomi Campbell es considerada una auténtica eminencia en el mundo de la moda. El tiempo pasa, pero su presencia no se debilita: los fotógrafos se pelean por retratarla y las pasarelas son su segunda casa. Poderosa, versátil y talentosa como pocas, fue reconocida con el premio “Ícono de Moda” el 2 de diciembre y se convirtió en la primera mujer negra en recibir el galardón.
Para dar la bienvenida a la próxima década, Vogue Brasil decidió destinar su portada a alguien meritorio de trayectoria, perseverancia e innovación. Y qué mejor ejemplar que Naomi Campbell. Como ilustración de tales cualidades, la modelo lució un vestuario de guerrera, decorado con detalles y particularidades propios de la alta costura.
Fotografiada por el dúo Luigi & Iango, lució un look firmado por Dior, elegido por su estilista Pedro Sales. Un conjunto total black de minishort, bikini y falda trasera, combinado con borcegos de caña alta personificó el concepto inherente a la sesión, centrado principalmente en la fortaleza. Por otro lado, se enfundó en una campera oversize verde militar, fabricada en tela de avión.
Sin embargo, la seleccionada para la portada fue un primer plano, donde las joyas, el maquillaje y el peinado comparten protagonismo. Un seductor delineado cat-eye resalta sus facciones.
Esta última decisión reforzó el descontento de la población brasilera, que reclamó a los directores creativos de la revista el hecho de no haber incluido a ninguna modelo originaria de Brasil en sus ediciones de 2019.