Todo empezó en el cumpleaños de Gigi Hadid en Nueva York, al que estaba invitada toda la gente del mundo de la moda. Aquello era una fiesta temática dedicada al denim. Helena Christensen, la ex top model danesa y actual fotógrafa, acudió con unos pantalones tejanos de talle alto (muy Studio 54) y un corpiño con transparencias, de su compatriota Camilla Stærk, que podría estar inspirado en la Madonna de la época de Buscando a Susan desesperadamente.
Pero a Alexandra Shulman, antigua directora de la edición británica de Vogue y actual columnista del Daily Mail, no le pareció bien. Es decir, le pareció fatal y lo plasmó con palabras hirientes y metáforas demoledoras. El título de su columna ya presagiaba tormenta: “Lo siento, Helena Christensen, eres demasiado vieja para llevar eso”. Shulman calificó la prenda de “hortera”. Pero no se detuvo ahí y pasó a cargar contra la conveniencia de lucir tan insinuante pieza cuando tienes, como Helena, 50 años cumplidos.
Textualmente: “Nos gusta pensar que los 70 son los nuevos 40 y los 50 los nuevos 30, pero nuestra ropa dice la verdad […]. Lo que te ponías con 30 no te sentará igual 20 años más tarde. La ropa no miente.” Shulman finalizaba ponderando la elegante discreción de actrices como Julie Christie a sus 80 años, y conminaba a Helena a dar el relevo de “reina de la fiesta” a las nuevas generaciones.
Podía haber sido un comentario malvado sin importancia, solo para consumo de los lectores de su publicación. Pero no lo fue. Básicamente, porque a Helena no quiso tolerar las palabras de Shulman. Y respondió subiendo a su cuenta de Instagram una nueva fotografía luciendo de nuevo un corpiño acompañado del siguiente texto: “Continuemos luchando y apoyándonos mutuamente entre todas. Somos mujeres hermosas, madres, inteligentes, divertidas, sexys, trabajadoras, y talentosas” y lo rubricaba con el hashtag #UpsOtraVezSePusoUnCorpiño.
A partir de ahí, la polémica. A Shulman se le acusa de realizar un comentario sexista y falto de sororidad. Las primeras, las compañeras de pasarela y de generación de Christensen que han salido en tromba a defender a su colega y sus corpiños.
Así, Naomi Campbell colgó un comentario en el que se leía: “Vaya bajeza. No tiene derecho a escribir un artículo tan ridículo. ¡¡Hace 30 años que te conozco y cualquier cosa que te pongas la luces con clase y dignidad!! Siéntete orgullosa y sigue tu camino. Te querré siempre”. Linda Evangelista escribió: “Debería darle vergüenza. Eres una diosa”. Han sido las más beligerantes de entre las famosas, pero también se han pronunciado en los mismos términos Julianne Moore o Karen Elson.
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Las colegas de Shulman, personaje muy polémico en el mundo de la moda, también han entrado en el debate y, sorprendentemente, han olvidado el tradicional corporativismo de la profesión para apoyar a Helena Christensen, defendiendo que puede ponerse lo que quiera y cuando quiera.
Lo ha hecho hasta su sucesor al frente del Vogue inglés, Edward Enninful, que le decía “eres bella por dentro y por fuera”. Ante las acusaciones, Shulman se ha visto obligada a pedir disculpas a su manera y también en Instagram: “Creo que Helena es absolutamente maravillosa. Pero no pienso que el corpiño fuera un estilismo acertado”. Veremos si todo se queda aquí o, a partir de ahora, el corpiño pasa a convertirse en la prenda reivindicativa de la nueva temporada.
