Si alguna vez miraste tu placard y sentiste que todas tus prendas parecían iguales, mezclar texturas puede ser el truco que estabas buscando para renovar tu estilo. No se trata solo de combinar colores, sino de jugar con distintos materiales que aporten profundidad, movimiento y carácter a cada look.
Por ejemplo, un sweater de lana gruesa junto con una falda de satén genera un contraste visual inmediato: lo rústico del tejido se suaviza con el brillo de la tela, y el conjunto pasa de ser cotidiano a llamativo sin esfuerzo. Lo mismo sucede al combinar cuero con algodón o terciopelo con denim; cada pieza aporta un punto de interés distinto, evitando que el outfit se vea plano o monótono.
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El secreto está en el equilibrio. No hace falta saturar el look con demasiadas texturas distintas: generalmente, con dos o tres es suficiente para crear un impacto visual. La clave es que haya coherencia: si combinás materiales pesados, como lana o cuero, con telas livianas, como seda o gasa, asegurate de que los colores armonicen entre sí. Esto mantiene la estética sofisticada y evita que el conjunto se vea desordenado.

Los accesorios también juegan un papel fundamental. Un bolso de charol brillante puede complementar un abrigo de lana, mientras que un cinturón de cuero texturado puede dar el toque final a un vestido de punto liso. Incluso el calzado puede convertirse en protagonista: botas de gamuza sobre jeans lisos aportan textura y dimensión al look.
Además de su valor estético, mezclar texturas tiene un efecto psicológico: el outfit transmite cuidado, creatividad y confianza. Una persona que combina correctamente distintos materiales demuestra que se preocupa por los detalles y que entiende cómo potenciar cada prenda. Por eso, esta estrategia no solo funciona para ocasiones especiales, sino también para el día a día, cuando querés que tu estilo hable por vos sin esfuerzo.
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En definitiva, animarse a mezclar texturas es una manera sencilla de elevar cualquier conjunto. No importa si se trata de un look de oficina, de fin de semana o de una salida nocturna: con el equilibrio adecuado, cada prenda encuentra su lugar y el outfit se transforma en una declaración de estilo.