Con una primera fila repleta de amigas famosas como Graciela Borges, Mariana Arias e Inés Estevez, Marcelo Cantón, el hombre detrás de Mishka, presentó su colección invierno 2025 durante la Buenos Aires Fashion Week, Bafweek, en una locación muy especial: el jardín de la Biblioteca Nacional.

Entre las tendencias hay botas, botinetas y borcegos con más de treinta modelos que recorren las cañas altas de cuero rígidas y de neoprene, cañas medias que esculpen los tobillos y rematan con suelas geométricas, botas de espíritu western, y también de cuero supersoft que se usan levemente abullonadas entre las que se destacan las elegantísimas color tiza.

Los mocasines también son moda. Este invierno se llevan exagerando las puntas redondeadas, las suelas maxi e incorporando el cuero marrón con pinceladas vintage. Un must have son los loafers de croco de inspiración palaciega con hebilla dorada en el lateral.

Los escarpins de este otoño se reformularon con un taco curvo de altura media y un delicado calce en punta. Las chatas también dan su toque: algunas de inspiración oriental montadas sobre suelas a contratono, otras de reptil tornasolado y las hay de cuero con detalle elástico en la capellada.
En cuanto a las carteras y bolsos también despliegan una variedad de tamaños y formatos que renuevan por completo la propuesta de estación. Se incorporan maxi bolsos en gris, suela y guinda.

También se suman bolsos de tela de gran formato con print de diseños cuadriculados en tándem con las carteras (verde con blanco y celeste con magenta).

En la línea de pequeño formato se incorporan los baúles de croco , las minicarteras plisadas en color vainilla y negro y las de reptil con manijas desmontables. A las carteras de mano se suman versiones en gamuza, con una gran versatilidad en su forma de uso.
Moda en la Biblioteca Nacional
La indumentaria de Mishka despliega prendas de espíritu citadino: tapados de paño premium de estructuras minimalistas, anoraks matelaseados, trenchs de gabardina oversized, chalecos gilet con botonaduras asimétricas y pantalones samurai ultra anchos que constituyen la base de la colección.

El negro es el color predominante, que se complementa con beige, nude, gris cemento y estallidos de azules, verde semáforo y magenta.

Además se suma una cápsula de prendas de seda natural ciento por ciento con botones de metal hechos a mano integrada por blusas y túnicas. El cuero y el reptil aportan un giro moderno a la mirada de prendas fetiches del rock electrónico inglés: camperas cropped, camisas y pantalones rectos de cinco bolsillos.
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