Los vestidos que el diseñador italiano Gianni Versace hizo para una clienta italiana, además de otras prendas suyas de alta costura (hasta 130, de Chanel, Givenchy o Yves Saint Laurent), y que ella donó hace 23 años al Museo nacional de artes decorativas de Madrid, salieron a la luz.
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La exposición “Gianni Versace frente al espejo”, organizada bajo los auspicios de la Embajada de Italia en España y con el apoyo de Be Casa by Greystar y Negrini, aborda además las influencias históricas y artísticas del diseñador italiano junto a la colección privada de moda de la donante anónima, que constituye una de las mayores donaciones recibidas por esta institución.
Las prendas de alta costura de la colección, datadas entre 1989 y 1994, son de firmas conocidas como Valentino Couture, Chanel, Renato Balestra, Emmanuel Ungaro, Givenchy Couture, Yves Saint Laurent, además del propio Versace, de quien hay una treintena, y tendrían un valor aproximado de un millón de euros, dijo el curador de la muestra, José Luis Díez-Garde.
Versace en el Museo
La muestra resume el universo referencial de Versace (Reggio di Calabria, 1942 - Miami, 1997), con sus medusas, elementos marinos y temas barrocos; desde la Antiguedad clásica a su fascinación por Oriente, o el deseo sexual (el sexo representaba para él una celebración de la vida).
En una ocasión dijo que “no se sentía cómodo en una fiesta, sino investigando sobre las distintas civilizaciones”, comentó Díez-Garde.
A partir de 1993 Medusa se convertirá en el logotipo de la compañía recuperando la reputación más amable que tomaron de ella los clásicos a partir del siglo III antes de Cristo; no aterrorizará sino que atraerá la mirada: “Significa seducción, una atracción peligrosa”, en palabras del diseñador.
Versace fue considerado por la crítica como una versión hiperbólica de Valentino, reconocía que todos los diseñadores estaban en deuda con Yves Saint Laurent y admiraba a Romeo Gigli, Issey Miyake y en especial a Karl Lagerfeld por la forma en que había revitalizado el mito de Chanel.
Sus colecciones, que en España fueron admiradas por el cineasta Pedro Almodóvar, reflejan su intento por empoderar a la mujer a través de la feminidad clásica, al igual que hizo Jean Paul Gaultier, lo que tradujo en minifaldas y toques de color, influido por movimientos de vanguardias o el Art Decó, mientras que el color negro le permitía resaltar el brillo de las piedras y joyas.
Versace, subrayó hoy en la inauguración de la exposición, que estará abierta hasta octubre, el Embajador de Italia en Madrid, Giuseppe Buccino Grimaldi, “fue precursor de la exaltación de la feminidad, con una visión muy libre de prejuicios para aquellos tiempos, que ponía en valor la sensualidad del cuerpo, como se pone de manifiesto en el estilo “bondage”.
Sus “creaciones podían compaginar historia, mitología y arte, a partir del logotipo de la compañía que representaba Medusa, hasta llegar al estilo barroco, mezclado con la cultura punk y rock. Las estrellas internacionales más importantes competían por llevar puestos los modelos de un artista nacido en el sur de Italia que, con la fuerza de la pasión y su inmenso talento, consiguió posicionarse con un éxito arrollador”.
Buccino Grimaldi concluyó diciendo que “sin duda, la marca Versace todavía hoy representa una excelencia del made in Italy, reconocida en todo el mundo”.
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