El punto de partida de la colección prêt-à-porter otoño-invierno 2024/25 de Issey Miyake fue simple: la necesidad y el deseo de la humanidad de vestirnos, remontándonos al principio de los tiempos.
Titulada “Lo que siempre ha sido”, el show tuvo lugar el Palais de la Porte Dorée, el impresionante edificio de la década de 1930 que alberga el Museo de Historia de la Inmigración de París.
El director artístico Satoshi Kondo jugó con drapeados, plegados, envolturas y capas en una colección que consistía principalmente en materiales naturales como lanas y algodones, dignos de mención en una casa que desde hace mucho tiempo es conocida por su uso de tejidos técnicos.
Con muchas capas, capuchas y turbantes, la ropa daba una sensación de nómada y desierto; no estaría fuera de lugar en el set de “Dune”.
Los colores eran en su mayoría tonos sólidos que iban desde el azul cerúleo hasta el azafrán y el azul marino, a menudo usados juntos en bloques de colores contrastantes.
Kondo explicó que los eligió para seguir los colores del día, desde el amanecer hasta la altura del sol y de regreso al atardecer.
Los famosos pliegues de Miyake hicieron su aparición hacia la última parte del desfile, incluidos tres vestidos voluminosos de pies a cabeza en colores vivos fucsia, verde y un negro medianoche reluciente.
