El diseñador de moda japonés Issey Miyake, cuya carrera se extendió más de medio siglo, murió el viernes a los 84 años debido a un cáncer de hígado, según anunció su estudio en Tokio.
El funeral de Miyake ya se realizó, solo con la presencia de familiares, acorde con sus deseos, y no hay planes de una ceremonia pública.
Conocido internacionalmente por sus creaciones que combinaban tradición nipona con materiales y cortes vanguardistas. Miyake fue parte de una ola de jóvenes diseñadores japoneses que dejaron huella en París a mediados de los años 1970. Fue pionero del uso de ropa cómoda de alta tecnología, dejando de lado la grandiosidad de la alta costura en favor de lo que él llamaba simplemente “hacer cosas”.
Además de en las pasarelas de todo el mundo, sus diseños se exhibieron en museos internacionales y reconocidos con galardones como el Premio de Kioto de las Artes y la Filosofía (2006), la Orden de la Cultura de Japón (2010), el Compás de Oro de Italia (2014) o la Legión de Honor francesa (2016).
Miyake también trabajó estrechamente con el mundo de la danza, realizando diseños específicos para ballet e inspirándose en ese arte para otras creaciones, y lanzó su propia línea de perfumes, “L’eau d’Issey”.
Estableció el Miyake Design Studio en 1970 en Tokio y poco después abrió su primera tienda en París.Para 1980, su carrera estaba en pleno apogeo y comenzó a experimentar con materiales como plástico, metal, alambre e incluso papel artesanal japonés.
En 1999, cedió el control de su marca “Issey Miyake” a sus asociados, aunque continuó activo en otros proyectos, entre ellos implicándose en 2007 en la apertura del primer museo nipón dedicado exclusivamente al diseño, 21_21 Design Sight, en el barrio tokiota de Roppongi, del que asumió la dirección.
En 2009, Miyake reveló su historia como “hibakusha” o superviviente al bombardeo atómico de Hiroshima del 6 de agosto de 1945 -del que se acaba de conmemorar el 77 aniversario-, inspirado según dijo por un discurso sobre el desarme nuclear realizado por el expresidente estadounidense Barack Obama.
El modisto hizo pública su historia, de la que hasta entonces nunca había hablado, a través de un artículo publicado en el diario New York Times, donde explicó que “no quería ser etiquetado como un diseñador que sobrevivió a la bomba atómica”.
En los últimos años, se centró en trabajar con nuevas generaciones de diseñadores en su estudio de Tokio, y continuó involucrado en el desarrollo de nuevos materiales como los realizados a partir de botellas de plástico PET recicladas, además de financiar una fundación de investigación sobre la historia del diseño y la moda.
El modisto ofreció su último desfile presencial fuera de Japón en París el pasado 23 de junio, tras un lapso de dos años debido a la pandemia, y aunque se mantuvo alejado de actividades públicas continuaba interesado en los nuevos proyectos de su marca y asesorando a sus asociados.