Amputadas de una mano, en silla de ruedas o en muletas: una veintena de modelos participaron en un desfile de moda en Abiyán para romper un tabú y cambiar la percepción de la sociedad sobre la discapacidad.
Majestuosamente vestida con un vestido verde y blanco, Sylvia, apoyada en muletas, abre el desfile al borde de la piscina de un gran hotel de la capital económica de Costa de Marfil, ante un público entusiasta.
Con un conjunto de sastre rojo, un vestido bogolán (tejido africano multicolor) o una túnica azul con motivos impresos, las modelos lucen en el podio las últimas creaciones de los modistos de Abiyán en el evento bautizado “Fuertes y bellas en plural”.
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Hace seis meses Grace Bého, amputada del antebrazo deY el aislamiento de las personas con discapacidad va más allá de la moda. “Muchas de estas mujeres discapacitadas, muy vulnerables, rechazadas y marginadas, se esconden por miedo a ser juzgadas”, confirma el sociólogo marfileño Yves Ouya.
Abdoudramane Coulibaly, consultor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y responsable de la oenegé “Movilidad HP”, destaca que la discapacidad también se enfrenta a una falta de voluntad política. “Propongamos a la gente sana que camine durante un día con muletas y seremos mucho más escuchados que con grandes discursos”, afirma. “Esto podría eliminar los prejuicios contra las personas con discapacidad”, añade.
Al apostar especialmente por el desarrollo personal, el liderazgo y la inserción profesional de estas mujeres, la asociación Mougnan espera romper un tabú en Costa de Marfil.
“Queríamos hacer algo diferente. Recaudar fondos para promover a las personas con discapacidad, forzarlas a salir de su caparazón”, explica Junior Gbamélé, su vicepresidente. “Sueño con ver en las próximas décadas a una persona discapacitada imponerse donde le han cerrado las puertas”, subraya Grace Beho.
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