Lara Bernasconi supo cautivar el mundo del modelaje en los años 90 y 2000, pero hoy sus proyectos van más allá de la moda. Multifacética y con un largo camino recorrido, equilibra su vida familiar con su rol de empresaria y su misión solidaria. Charlamos sobre su presente y cómo compagina sus pasiones con la vida familiar.
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Moda y solidaridad: cómo encuentra el equilibrio
Hace 13 años, la modelo tucumana fue contactada por un comedor que necesitaba ayuda. Tras acercarse al Banco de Alimentos, fue invitada a ser parte de este trabajo transformador, el cual realiza con dedicación, amor y gratitud. Ahora, como Madrina y Embajadora de la Fundación Banco de Alimentos de Tucumán, Lara tiene como misión principal contribuir a mejorar la vida de las 120 organizaciones con las que trabaja en la Fundación.
Al mismo tiempo, lleva adelante su propia marca de ropa infantil, Rum Rum, que nace de su amor por la infancia y la energía única de los niños, inspirada en su hijo Iñaki y su hermano Indalecio.
Cuando le consultamos cuál es la clave para equilibrar todas sus facetas, afirma: “No tengo una fórmula, pero podría decirte que soy muy organizada. Intento llevar adelante todos mis proyectos, los laborales que hoy me tienen ocupada en la próxima temporada de Rum Rum, con las tareas de madre, estar con mi hijo, pasar tiempos juntos en familia y por supuesto, también trato de tener tiempo para mis actividades y para juntarme a comer con amigas”.
No quedan dudas de que la organización es clave, porque cada uno de sus proyectos le demanda mucha presencia y compromiso. Como parte de la fundación, viaja cada dos meses a Tucumán. “Mi función es buscar sponsors para que colaboren con esta magnífica obra. Trabajamos en equipo y vamos gestando, de a poco, acciones que permitan el crecimiento de las personas a las que asistimos, como por ejemplo la escuela de cocina de la Fundación”.
Al mismo tiempo, cumple un rol fundamental en la marca de ropa que nació en Pandemia y que gestiona con su marido, Federico Álvarez Castillo. “Yo soy la encargada de buscar las referencias y materiales que considero buenos para la marca y él de seleccionarlos. Luego elegimos juntos la imagen que queremos darle a cada campaña”, relata sobre el proceso creativo.
Una actitud positiva, el amor y sueños por cumplir
Sus años como modelo sin duda la formaron y la transformaron en la persona que es hoy. “Extraño los viajes y compartir momentos con colegas. Es una profesión que me dejó la enseñanza del cuidado del cuerpo, conocimientos de moda, lógicamente, y de marketing, y me dejó muchas anécdotas y recuerdos maravillosos”.
Sin embargo, su actitud positiva se traslada a todas sus profesiones de hoy y siempre mira adelante, con nuevos proyectos en mente. “A nivel profesional me gustaría que Rum Rum continúe creciendo cada vez más” afirma.
También tiene una mirada positiva del amor y las relaciones, después de sufrir varias decepciones amorosas. “El amor entre dos personas es una construcción diaria. Creo mucho en la comunicación y en aceptar lo que menos te gusta del otro. Si logras esto lo demás es más fácil. De ahí en adelante me parece que viene el respeto y todo lo demás”, sostiene.
En resumen, Lara se define como una gozadora de la vida, sin recetas ni fórmulas mágicas. ”Gozo mucho de los momentos simples de la vida. Un lindo almuerzo, una buena charla, un partido de tenis con gente que quiero, gozo el camino de la construcción de un proyecto. No podría decir cuál es la clave. Soy y siempre fui así”, finaliza.
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