María Espejo y Eugenia Hourcade se hicieron amigas hace siete años -se conocieron en el colegio de sus hijos- y pronto encontraron que tienen mucho en común. Diseñadora gráfica y arquitecta de profesión, respectivamente, las tucumanas descubrieron su amor por la creatividad y lo lúdico y durante la pandemia fundaron una marca de muñecos de madera en constante crecimiento. Personajes como Karl Lagerfeld y Coco Chanel son sus protagonistas.
“Aunque ambas trabajamos durante muchos años en nuestras respectivas profesiones, siempre compartimos el deseo de crear un producto único, aprovechando al máximo nuestras habilidades universitarias y combinándolas con nuestra creatividad, que es sin duda nuestro punto en común”, dicen sobre sus inicios en la cuarentena. “Nuestra formación está estrechamente relacionada con la estética y el diseño, lo que nos ha ayudado a dar vida a Woodi”.
La elección del producto no fue al azar y se convirtió en el pilar de la marca, a la que llamaron Woodi. “El retazo de madera fue nuestra elección como materia prima base, debido a su calidez y porque queríamos que nuestro producto fuera noble y respetuoso con el medio ambiente”.
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Los personajes reconocidos, de fácil identificación, como El Principito o Frida Kahlo, son clásicos de la marca, pero el mundo de la moda también se hace presente en Woodi. “Nuestro vínculo con la moda es multifacético. En mi caso siempre fui una apasionada del mundo fashion y del estilo, influenciada en gran medida por mi madre. Esta pasión ha influido en la creación de personalidades del mundo de la moda dentro de nuestro proyecto”, cuenta Eugenia.
¿Algunos personajes fashionistas que han transformado en madera? El mítico Karl Lagerfeld, la revolucionaria Coco Chanel, el recordado Gianni Versace y la icónica Audrey Hepburn. “Woodi representa un mundo infinito donde cualquier persona o personaje puede transformarse en una pequeña”, dice Eugenia sobre sus creaciones, con las que no solo buscan dar vida a nuevos personajes, sino también comunicar de manera creativa.
Aunque sus productos han viajado por distintos puntos del mundo a través de viajes propios y de sus clientes, comenzar a exportarlos es todavía una meta pendiente. Pero su espíritu emprendedor las lleva siempre para adelante: “No hay límites para nuestros objetivos; creemos que las oportunidades surgen cuando uno trabaja con pasión y dedicación, como siempre lo hacemos. Por eso, ¡siempre creemos que lo mejor está por venir!”, cierran.
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