Lady Di, apesadumbrada porque el príncipe Carlos la dejaba sola para pasar la noche con Camilla Parker Bowles, encontró consuelo en un momento del matrimonio real en los brazos de su guardaespaldas, Barry Mannakee. El agente londinense, que estaba casado y tenía dos hijos, murió dos años después en un sospechoso accidente de tránsito.
El londinense Barry Mannakee, nacido el 1° de junio de 1947, había trabajado como oficial de policía en el Escuadrón de Protección Real cuando fue asignado como guardaespaldas de la Princesa de Gales en el Palacio de Kensington, en 1985.
En ese momento tenía 38 años y estaba casado con Susan, con quien tenían dos hijos. Un año después se conoció su affaire con Lady Di y fue transferido al Escuadrón de Protección Diplomática en Londres por “conducta inapropiada”.
En enero de 1993, Lady Di escuchaba las grabaciones en las que su marido le decía a su amante que “quería ser su tampón”. Y el 3 de diciembre de ese mismo año, hace justo tres décadas, anunció su retiro de la vida pública “por tiempo indeterminado” y suspendió sus viajes solidarios y de caridad.
Lady Di y su guardaespaldas, un amor secreto
Todo empezó en las noches de soledad de Diana Frances Spencer en el Palacio de Kensington, cuando su marido la dejaba para pasar la noche con su amante, Camilla Parker Bowles, quien después se convirtió en su esposa y la reina consorte cuando el Príncipe de Gales fue entronizado como Rey de Gran Bretaña con el nombre de Carlos III.
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En los videos grabados entre 1992 y 1993 en el palacio por el redactor de sus discursos y profesor de oratoria, Peter Settelen, confirmó que se había enamorado de su guardaespaldas, tal como había confesado en Estados Unidos en 2004.
“Cuando tenía 24 o 25 años, me enamoré profundamente de alguien que trabajaba en mi entorno. Me parecía bien dejarlo todo e irme a vivir con él. Y él me decía que la parecía una buena idea también”, aseguró la princesa, sin nombrar a Mannakee.
Luego, agregó que “solamente era feliz cuando él estaba cerca” y que “cuando se descubrió todo, se lo expulsó y se lo mató”. “Ese fue el mayor golpe de mi vida”, aseguró Lady Di en el documental llamado Diana: In her own words (En sus propias palabras), que pese al esfuerzo de sus familiares y amigos, fue transmitido en la BBC en agosto de 2017.
Una muerte sospechosa
Ocho meses después de haber sido separado de la custodia personal de la princesa, Barry Mannakee volvía a su casa en el suburbio de Loughton desde la sede del Escuadrón de Protección Diplomática en la capital británica.
Iba como acompañante en una moto Suzuki de su compañero y vecino, el oficial de policía Steven Peat. Era el 15 de mayo de 1987 a las 10 de la noche y llovía en la autopista A11, cuando una joven conductora de 17 años. Era Nicola Chopp, que había sacado el registro pocas semanas antes y manejaba un Ford Fiesta para encontrarse con un amigo.
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La chica apareció de golpe y, cuando la moto intentó esquivarla, Mannakee salió despedido y atravesó la ventana trasera del Ford Fiesta. Su columna vertebral se partió en dos y murió de manera inmediata. En cambio, tanto Peat como Chopp –que solo recibió una multa de 85 libras por “conducción imprudente”- salieron ilesos. Y no se dijo nada sobre un tercer auto que habría escapado de la escena.
Desde entonces, y durante treinta años, creció otra teoría conspirativa acerca de la sospechosa muerte de Barry Mannakee, quien habría sido el “gran amor” de la Princesa de Gales.