Finalmente, llegó el día tan esperado y que las vueltas del destino habían querido evitar. Rosa, la nena cordobesa que mientras estuvo en el hospital con convulsiones sufrió un robo en su casa con todo lo que tenían listo para su fiesta de 15, celebró feliz su cumpleaños tal como lo había soñado junto con su mamá Paola que emocionada contó que ella no tuvo su fiesta y que por eso puso tanto esfuerzo en que su hija sí la tuviera.
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Lograrlo no había sido fácil. “Cuando esa noche llegamos del hospital estaba todo revuelto en casa, no podía parar de llorar”, le dijo Paola a TN cuando la entrevistó luego del robo. “Yo recuerdo que salí corriendo para el cuarto y ahí vi que me habían robado mi vestido”, recordó Rosa en el atelier de Benito Fernández en Buenos Aires días más tarde. Es que, convocado por TN Estilo, el diseñador se ofreció en hacerle su vestido de 15.
“Cuando me llamaron no lo dudé. No hay nada peor que ver sufrir a un hijo. Soy padre y lo sé. Uno no importa, pero a los hijos uno siempre quiere protegerlos. Me conmovió la historia de Paola que es una mujer luchadora y de Rosa que es una persona muy sensible”, comentó el diseñador. Madre e hija no solo estuvieron en lo de Benito, sino que además fueron a buscar unos borceguíes al local de Carmen Steffens y Rosa se tiñó el pelo de rosa en lo de Cerini.
La llegada del vestido
El día anterior a la fiesta, el vestido llegó desde Buenos Aires en una funda de Benito Fernández que Rosa recibió emocionada. Paola, a su lado, festejó que ya lo tuvieran con ellas. “No voy a llorar porque le prometí a Benito que no lo haría“, dijo y sonrió emocionada, casi al borde de las lágrimas. Muy cerca estaba Tommy, el hermano menor de Rosa, sensibilizado por la celebración. “La quiero muchísimo a mi hermana. Ya tiene 15“, dijo con lágrimas y elegantemente vestido con camisa y corbata.
El gran día de Rosa
Lo que siguió fue una jornada a pura alegría. En la tarde del sábado Rosa se vistió con el modelo de Benito (blanco, con mangas con volados, drapeados en la delantera y un cinto de strass) y se fue a hacer fotos a Córdoba capital. “No sabés como miraba la gente“, le dijo a su mamá cuando regresó a casa para prepararse para su gran noche y Paola ultimaba detalles entre las mesas cubiertas por impecables manteles blancos y la parrilla donde se estaban haciendo los pollos. También había pizza y de postre, una gran mesa dulce, donada por una mujer que quiso colaborar con Rosa y Paola. La torta de cumpleaños, además se la mandaron desde Buenos Aires junto a las bebidas.
Luego del maquillaje con delineado cat eye y boca de color, la estilista le hizo un peinado recogido y le colocó una vincha con flores. Con todo listo, Rosa fue al encuentro de su familia y sus amigos que la esperaban ansiosos. Todos aplaudieron. Mamá Rosa, aunque le había prometido a Benito no llorar, no pudo evitarlo. El sueño se había cumplido. Y con creces.
Cronista: Jimena Pérez
Camarógrafo: Nicolás González
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