Ayer por la noche concluyó la 68º edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, marcada por una importante presencia del cine argentino entre sus más destacadas producciones. El festival celebró su primera edición en 1953 y pertenece a la exclusiva selección etiquetada como Clase A por la Federación Internacional de Asociaciones de Productores de Films (FIAPF).
Bajo la dirección del cineasta argentino Eduardo Crespo, los protagonistas de la película Nosotros nunca moriremos viajaron a esta ciudad del País Vasco para su estreno oficial ante el panorama internacional. No solo formó parte de la Sección Oficial, sino que contó con su propio photocall, su propia conferencia de prensa, su red carpet y su gala de estreno.
El actor Rodrigo Santana y la actriz Romina Escobar dieron el presente como representantes del elenco. Ambos protagonizan esta historia de una madre y su hijo, quienes viajan al pueblo donde acaba de morir el hermano mayor del personaje de Escobar, cuya fama fue catapultada tras su papel en la comedia de televisión Pequeña Victoria, emitida el año pasado por Telefé.
Hoy, Romina cumplió su tan anhelado sueño profesional y se convirtió en la primera actriz trans en interpretar un personaje protagónico femenino en la gran pantalla. Para el prestigioso evento lució dos estilismos total black personalizados diseñados por el reconocido creativo argentino, Pablo Ramírez.
// Las famosas lucen tapabocas de diferentes estilos en el Festival de Venecia
El primero, de estética más casual-chic, consistió en un vestido midi negro de manga corta con bolsillos laterales y escote tipo bote, que combinó con stilettos acharolados en nude, aros dorados maximalistas y un pequeño abanico a juego.
Para la alfombra roja optó por un modelo muy sobrio y elegante, también confeccionado por el talentoso diseñador argentino. Esta segunda pieza cubría la totalidad de sus piernas pero dejaba más piel al descubierto en la zona del escote, enfatizada a su vez por un lazo de satén ceñido debajo del pecho.
Dadas las circunstancias actuales de pandemia y el consecuente protocolo sanitario adoptado por las autoridades del festival, su complemento obligatorio para ambos looks fue un tapaboca negro. Todos sus colegas siguieron sus pasos y respetaron las restricciones del distanciamiento social establecido, salvo el director de cine Eugène Green que fue expulsado del Festival por no querer usar tapabocas durante la proyección de la película Atarrabi et Mikelats.
Con respecto a sus beauty looks, para el primer encuentro apostó por un maquillaje de lo más natural, carente del sombreado oscuro que tanto caracteriza su estilo. Llevó el pelo suelto con raya al medio y suaves ondas, en sintonía con la informalidad de su atuendo. En cambio, para la red carpet sí se inclinó por un sofisticado peinado recogido y un make-up recargado más apto para la noche.
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