Para bien o para mal, Ellie Goulding logró que todo el mundo hable de su vestido de novia. La cantante y compositora británica, conocida por sus estilismos arriesgados, dio un giro de 180 grados para su boda, y eligió un diseño conservador, clásico y tradicional.
La cantante y compositora británica se casó con Caspar Jopling, comerciante de arte, en la catedral gótica de York Minster, en Yorkshire, Inglaterra. Para sopresa de todos, eligió una creación de Chloe, firmada por Ramsay-Levi, la directora creativa de la marca, de cuello cisne, manga larga ligeramente acampanada decorada con una fina hilera de botones y una voluminosa falda al más puro estilo Grace Kelly.
Las líneas rectas del vestido y los detalles clásicos como el cuello de encaje, las perlas y la larga cola son pura tendencia actualmente, pero contrastan con los looks oversizes, metalizados o punks que la cantante pop acostumbra a usar en escenarios y eventos.
Para el maquillaje optó por la naturalidad: poco y nada con labios color rosa. La tradición llegó a la cabeza de la cantente de pop: moño bajo con dos mechones sueltos.
Las damas de honor y el cortejo también se vistieron tradicional y de blanco. Caspar Jopling se lució como un clásico british y fueron comentados sus anteojos, que hacen recordar a Hugh Grant en Nothing Hills.
Una de las invitadas que más se destacó fue Sienna Miller, que llegó de la mano de su novio Lucas Zwirner con un diseño de Alessandra Rich. Un vestido de cuello alto con hombros marcados y drapeados a lo largo del cuerpo que entallan la figura. Marrón con estampado de pequeños pétalos y lunares blancos, lo complementó con un body chain de pedrería.
Otra pareja que no pasó desapercibida fue la de Katy Perry y Orlando Bloom. La cantante eligió un vestido satinado en varios tonos pasteles, con un abrigo ligero azul bebé, un pequeño bolso de mano rosa y mules nude.
Novios e invitados tuvieron que luchar contra el viento, que no perdonó peinados ni velos.
