Tom Ford es uno de los modistos favoritos de las celebrities, y sus diseños suelen causar sensación tanto en la pasarela como en la alfombra roja. Su último desfile tuvo lugar en Nueva York y Miley Cyrus, vitalicia desde hace tiempo en la primera fila, fue una de sus invitadas más fashionistas.
Recién separada del actor Liam Hemsworth, la cantante se mostró más fresca y segura que nunca: conquistó a todos sus seguidores con un look osado representativo de su particular estilo desenfadado y “efortless” (sin esfuerzo). Pantalones de seda, un exuberante saco de terciopelo y una camisa con un estratégico escote conformaron este original monocromo, que complementó con unas gafas de sol y un sombrero de inspiración vaquera, dando cuenta de sus orígenes rurales.
Finalmente, eligió unos zapatos de taco con detalles de pedrería plateada, los cuales iluminaron a la perfección este equipo total black de apariencia incógnita. Cada una de las prendas fueron diseñadas por el mismo Ford, quien busca adaptar sus modelos a la musa en cuestión, y así conjugarlos con su personalidad.
Sin embargo, los accidentes fashionistas ocurren: su profundo escote y su ausencia de ropa interior fueron una decisión arriesgada: la artista acabó mostrando más de la cuenta. No nos cabe dudas de que Miley siempre supo cómo manejarse antes las cámaras y resolver situaciones incómodas con total naturalidad y sensualidad. Y esta no fue la excepción.
La intérprete de “Mother´s Daughter” posó efusiva ante los fotógrafos con una envidiable naturalidad que también despliega en cada uno de sus shows. Luego compartió vía Instagram algunas de las fotografías, recibiendo elogios y más de un millón de “me gustas”. Su actual pareja, Kaitlynn Carter, dejó un comentario que tuvo muchas repercusiones: “Dear God” (Santo Dios) escribió.