Kim Kardashian, una de las celebridades de la última Met Gala en Nueva York, debe declarar mañana martes en el juicio que se desarrolla en París contra los presuntos autores del atraco y secuestro que sufrió en el palacio en el que se alojaba durante la Semana de la Moda en octubre de 2016.
Sus abogados dijeron la semana pasada que Kim Kardashian quería asistir a este proceso para poder afrontar a quienes la asaltaron a punta de pistola y robaron joyas valoradas en unos 10 millones de dólares y dar su propio relato de los hechos.

Los letrados adelantaron que la influencer estadounidense tiene intención de responder a todas las cuestiones que se le planteen durante la audiencia, que ha suscitado un enorme interés mediático y que ha necesitado un dispositivo estricto en el histórico Palacio de Justicia del centro de París.
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Más allá de la acreditación de unos 400 periodistas, la autoridad judicial ha establecido unas zonas muy acotadas para las decenas de cámaras que pretendan grabar la entrada y la salida de Kim Kardashian a la histórica sala Voltaire, una de las dedicadas para los grandes juicios.
Una sala en la que solo podrán ver directamente a la estrella de las redes sociales -en los procesos judiciales en Francia no se pueden grabar ni imágenes ni sonido- un puñado de esos periodistas, mientras que el resto se tendrán que contentar con una sala de escucha a distancia.

Los acusados
En el banquillo de los acusados se sientan nueve hombres y una mujer, todos en libertad bajo control judicial, como presuntos miembros del grupo que tramó y ejecutó el asalto en la madrugada del 3 de octubre de 2016 del hotel de lujo reservado para Kim Kardashian y su séquito durante la Semana de la Moda de París en un barrio exclusivo a muy poca distancia de la basílica de La Madeleine.
Para definirlos se ha utilizado el término de “abuelos” porque buena parte de ellos tienen más de 70 años y un prolijo historial delictivo con largos años de prisión a sus espaldas.

Ejemplo de todo esto es Aomar Ait Khedache, al que se considera el cabecilla de la operación, y que -descubierto por su ADN- desde el primer día del juicio, el 28 de abril, reconoció haber sido uno de los miembros del comando que subió armado hasta la habitación de la víctima para amenazarla y robarle las joyas y que teóricamente podría ser sentenciado a cadena perpetua.
Uno de los hijos de Ait Khedache figura entre los inculpados, como también lo están otra pareja padre-hijo, los Boyer. El retoño, Marc-Alexandre, es según los investigadores, el segundo ladrón que a punta de pistola amordazó e inmovilizó a Kardashian atándola con unas sogas antes de llevarse el botín.
Entre los acusados de más de 70 años está igualmente Yunice Abbas, otro de los que conformaban el grupo, como él mismo ha confesado -dejó su traza genética en las sogas con la que maniataron al guardia del hotel- que luego escribió un libro titulado ‘Yo secuestré a Kim Kardashian’, pero que ahora ante el tribunal pretende que el cargo de secuestro no es pertinente para calificar los hechos.
El juicio va a prolongarse hasta el próximo 23 de mayo, que es cuando se espera que se conozca la sentencia.
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