Cada vez más afianzada en la industria musical, Sabrina Carpenter se convirtió en ícono de moda con sus impactantes maquillajes y vestuarios de estilo Y2K. Musa de importantes marcas de moda como Marc Jacobs, Skims y Versace, ahora es chica de tapa de marzo de Vogue USA con un estilismo despampanante.
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En la tapa, la intérprete de Espresso brilló con un vestido encorsetado en color celeste satinado de Dolce & Gabbana, con detalles trenzados y portaligas. Con una fuerte inspiración en los más icónicos looks de Madonna, coronó el look con una peluca platinada con ondas estilo años 50 y maquillaje con delineado cat eye, rubor en las mejillas labios nude.
La rubia, que en los últimos VMAs usó un vestido que la reina del pop había lucido en los Oscars en 1991, volvió a homenajearla en esta sesión de fotos con un conjunto blanco y negro de Chanel formado por un corpiño y una minifalda. El estilismo es muy similar a uno de Madonna que también lució para la famosa revista.
Elegantísima como una estrella de Hollywood, en otra de las postales se lució con un vestido amarillo manteca satinado de escote strapless firmado por Prada con stilettos de cuero de la misma marca. Lo complementó con un set de joyería con pedrería en plata y oro.
También usó un minivestido rosa firmado por Burberry con escote en pico pronunciado e intervenido con lentejuelas redondas del mismo color, todo a juego con un collar y un par de aros de pedrería firmado por Swarovsky.
¿La más audaz de las apuestas? Un vestido Gucci de encaje floral translúcido en color bordó con espalda abierta con tiras finas cruzadas. Además, remató con un original par de zapatos al tono con taco aguja y plumas y aros con pedrería firmados por Tiffany.
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